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miércoles, 7 de enero de 2009

Las pandillas juveniles ponen en jaque la seguridad en Centroamérica




MARCOS ALEMAN / AP
SAN SALVADOR

Nacieron para defender el barrio, pero evolucionaron hasta penetrar el crimen organizado.
Por sus vínculos con el tráfico de drogas, indocumentados y armas, las pandillas han puesto en jaque a Centroamérica y disparado las alarmas de las fuerzas de seguridad fuera de la región.
El peligro de las pandillas, conocidas como maras, estriba en ''el terror que infunden, los niveles de organización que han alcanzado, el dominio territorial que ejercen y lo más grave de todo, el sentimiento de impunidad que como grupo tienen'', dijo en entrevista a la AP el viceministro de Seguridad Pública de El Salvador, Rodrigo Avila.

El fenómeno es tan grave, que la Organización de Estados Americanos (OEA) comenzó a interesarse en el asunto y agentes del FBI se instalarán el próximo año en El Salvador para identificar las estructuras de las pandillas y sus movimientos transnacionales, pues temen que estos grupos, que ya controlan rutas de inmigrantes, ayuden a terroristas a entrar a su país desde México.
Avila dijo que el nivel de organización es tal que ``ya igual que los Boys Scouts, han hecho campos, convenciones, seminarios''.
Informes estadounidenses indican que pandilleros de la Mara Salvatrucha se reunieron en Bloomery, en Virginia, y mientras sus mujeres preparan el picnic y los niños jugaban, los hombres se congregaron ``para hablar de negocios''.

Según estimaciones policiales, en Centroamérica existen unos 100,000 pandilleros, en su mayoría miembros de la MS y la Mara 18 (M18), considerados los grupos más violentos de la región. Para amedrentar a la población, las pandillas han realizado macabros asesinatos y frecuentemente aparecen cuerpos mutilados. En Honduras un niño pandillero de 13 años fue acusado de asesinar a un agente de la DEA y señalado como responsable de otros 16 asesinatos.
El presidente guatemalteco Oscar Berger responsabilizó a las pandillas del 80% de los crímenes violentos que ocurren en ese país.

Avila advirtió que si las pandillas continúan evolucionando ''lo que va a haber es una guerra en Centroamérica, en la que la sociedad va a tener que pelear contra las pandillas y es posible que aquí en años, si seguimos así, las pandillas van a tener representación en los congresos de Centroamérica''. Según Istmania Pineda, directora en Honduras del grupo no gubernamental Xibalbá que trabaja con niños para evitar que se conviertan en pandilleros, los ''mareros'' han cambiado y la nueva generación sobrevive ''con mejores armas e inteligencia a las embestidas estatales''. Trabajan con ''el apoyo financiero del crimen organizado y el narcotráfico'', afirmó.
El sociólogo de la Universidad Católica Centroamericana (UCA), Miguel Cruz, sostiene que las pandillas se transformaron tanto en respuesta a los planes represivos de los gobiernos que ahora ``controlan las fronteras, el famoso tren de la muerte en México, rutas de indocumentados''.
Afirmó que la transformación de las pandillas es una respuesta a los ''planes represivos'' de los gobiernos de Centroamérica y Estados Unidos y ahora son un problema más grave.

Según Cruz, las pandillas comienzan a organizarse cuando los capturan y los ponen juntos en una misma cárcel, donde establecen vínculos y arman alianzas. Explicó que en un principio el crimen organizado comenzó a usar a las pandillas ''como sicarios, soldados'', pero luego las maras se dieron cuenta que tienen más fuerza y empezaron a disputarle al mismo crimen organizado el mercado de la droga.
'Las pandillas pasaron de ocupar las calles y pedir `cuoras' (moneda de 25 centavos de dólar)'', a ordenar toques de queda en sus barrios y extorsionar a comerciantes y empresarios.

Técnica láser para retirar tatuajes




Fuente: Graciasdoctor.com



Anteriormente, los tatuajes en la piel permanecían toda la vida y no daban lugar al arrepentimiento. En muchos casos el tatuaje duraba más que la relación que impulsaba al enamorado a colocarse dicha marca. Pero hoy en día existe un tratamiento láser que permite retirar estas marcas en la piel. El tratamiento láser "Q-switched Alexandrite", permite a los dermatólogos eliminar los tatuajes, las pecas y otras manchas en la piel. "Este nuevo tratamiento láser ofrece ventajas sobre tiramientos anteriores como la cirugía y la dermabrasion, a través de los cuales la piel es mecánicamente lijada o frotada con sal para remover el pigmento. Estos métodos pueden retirar el color pero dejan cicatriz", manifestó el Dr. Christopher J. Arpey, profesor de dermatología de la Universidad de Iowa en Estados Unidos. En comparación, el láser Alexandrite presenta un riesgo mínimo de cicatrización o sangramiento y no se necesitan suturas. Elimina la mayor parte del color. Este tratamiento láser fue desarrollado por investigadores de la Universidad de Harvard y el Centro Médico Tufts.

"Algunas personas necesitan quitarse los tatuajes por causa de una reacción alérgica tardía a las tintas usadas" explicó el dermatólogo Duane C. Whitaker agregando que para muchas personas el eliminar un tatuaje es una decisión de gusto personal. Algunas personas intentan retirar un tatuaje por si mismo lo cual puede llevar a una infección que solo agrava el problema. Este tipo de láser es más eficaz en la eliminación del azul, negro y verde. La decisión de hacerse un tatuaje en la piel se puede dar en un momento de arrebato, pero quitárselo puede tomar hasta un año de tratamientos. La eliminación de un tatuaje profesional puede tomar hasta 10 sesiones de tratamiento intensivo, que deben extenderse en un periodo de un año. Este láser no elimina el pigmento a través de la succión del color, sino que fragmenta el pigmento en pedacitos que son absorbidos por la sangre. El proceso no ocurre en la superficie de la piel, y por eso no se pueden ver los resultados inmediatamente. Después del primer tratamiento la piel puede quedar adolorida o hincharse un poco. Casi nunca se dan reacciones alérgicas. Según los pacientes que han realizado el tratamiento, el remover un tatuaje no duele más que el colocárselo.

CONFLICTO DE PANDILLAS EN HONDURAS Y SU INTEGRACIÓN A TRAVÉS DEL ARTE.



Por Itsmania Pineda

En honduras el problema de las maras es producto de un cúmulo de resentimientos sociales porque en nuestro país no hay apoyo para la juventud, no se aplica la ley al mas grande aunque el personaje este involucrado en trafico de drogas, de armas, crímenes, y asaltos, las autoridades Hondureñas bajan la cabeza y dejan de aplicar la ley, solo cuando el amor a Dios y la justicia humana sea predominio en todos los pueblos dejaran de existir las pandillas, cuando los medios de comunicación dejen de poner una bomba de tiempo en el corazón de nuestros jóvenes induciéndolos a la violencia salpicando sus mentes de maldad. XIBALBA es una institución de voluntariado, sin ayuda económica de ningún organismo nacional ni extranjero pero cuenta con el apoyo de la Policía Preventiva, del Ejercito, de Los medios de comunicación y del pueblo en general.

Auque parezca increíble mas de 100 mil jóvenes hondureños pertenecen a pandillas,8 de cada 10 pandilleros tienen una educación con nivel medio,9 de cada 10 consumen diariamente drogas, ante la impotencia de cambiar el mundo que los rodea, Experimentando altos niveles de violencia, asociados por lo general con la muerte de seres queridos ,el consumo de drogas es una actividad muy cotidiana siendo el acceso a ella relativamente fácil ,asociada a la actividad delincuencial a la violencia ,el consumo de marihuana, inhalantes, pastillas, cocaína, así como el trafico de armas están a la orden del día, y a la vista de las autoridades en algunos sectores. El pandillero cree que con esto ha ganado respeto ,poder, amigos, protección y unión ,valores que parecen haber desaparecido en la sociedad, porque en Honduras se han puesto esfuerzos para prevenir las pandillas pero no para ayudar al joven que está en ellas, lo único que estos reciben es el repudio, el rechazo, discriminación y ofensas por parte de la sociedad.

En Honduras el andar tatuado, vestido como cholo o roqueros, convierte a nuestros jóvenes en delincuentes, sin pensar que el desempleo genera condiciones de violencia y desigualdad social en conjunto con otros factores que aumentan la inseguridad ciudadana generando empobrecimiento y frustración induciendo a los jóvenes a conductas radicales y agresivas creando situaciones de violencia y dañando la capacidad gubernamental porque obliga a destinar recursos para solventar este problema.
La pobreza y la marginación social no son lo mismo pero suelen ir acompañados, a mayor pobreza se tiene mas probabilidad de ser victima de marginación social y los obstáculos para que los jóvenes en pandillas ingresen al mercado laboral son cada vez mayores .
El estado no tiene estrategias claras y efectivas en el manejo y la prevención de la violencia juvenil por lo contrario es mas fácil encontrar una serie de medidas represivas y discriminatorias que buscan darle contención al fenómeno pero no una solución ,Logrando con esto una brecha mas grande entre las autoridades y la juventud, la exclusión y el repudio de la sociedad hacia los menores.

Las maras no son un fenómeno aislado de la sociedad ,sino una manifestación de valores extendidas en la juventud, responden con violencia a la violencia institucionalizada de la sociedad para con nuestros niños y jóvenes. El elevado nivel de identidad ,solidaridad y compromiso que existe entre los pandilleros nos muestra una juventud capaz de enfrentar grandes riesgos en la vida identificándose con valores concretos pero no con valores vigentes en la sociedad, donde se ha sustituido la integración familiar, moral, religiosa ,por cuestiones materiales. El hecho de que estos jóvenes respondan con violencia no los hace diferentes al resto de los hondureños que también por omisión actúan violentamente contra nuestros jóvenes.
Para el pandillero su deseo de ganar respeto, amigos, poder, protección, unión y confianza están por encima de cualquier remuneración material ,la perdida de confianza en la sociedad , la angustia por la falta de trabajo, la falta de oportunidades para educarse, la falta de tranquilidad ,de seguridad son preocupaciones que abaten a los jóvenes y a todos los hondureños.
El pandillero tiene dos grandes realidades empleo y no discriminación esto no es raro en una sociedad en donde mas de 400 mil jóvenes son desempleados y donde la discriminación por el modo de vestir se ha vuelto enorme. Al extremo de que hoy tenemos más de 2000 jóvenes muertos en lo que va del año cuyos casos son engavetados y dejados en el olvido. Valores como trabajo, educación, y familia son deseos prioritarios en los jóvenes que se debaten entre la vida y la muerte diariamente, victima de las luchas entre pandillas de la persecución de las autoridad ,de la discriminación de la sociedad ,del rechazo de sus familias ,de la indiferencia del estado y del repudio de la sociedad, de enfermedades y otras mas...
Las pandillas forman un exponente importante del por donde puede respirar la juventud promedio del país así también del rumbo que puede tomar los mismos jóvenes frente a una sociedad que no ofrece nada y donde las oportunidades están restringidas a unos pocos. Nos muestra una juventud que bien conformada es capaz de enfrentar grandes retos en la vida canalizando actividades negativas en positivas al servicio de los pueblos.
XIBALBA ARTE Y CULTURA una institución con 10 años de trabajo que a revertido el factor represivo logrando un acercamiento con los jóvenes, con las autoridades y con el pueblo, ahondando en los problemas de la juventud enfocándolos desde el punto de vista objetivo PREVINIENDO PARA CONSTRUIR EL FUTURO DE LOS HONDUREÑOS asumiendo el problema de la droga y la violencia como un producto cultural creemos que la prevención debe de dirigirse a la esfera del Inter. Actuar humano ,no solo dando cuenta de los efectos nocivos de la adicción y la violencia sino también de las dimensiones éticas ,culturales ,comunicativas, políticas y afectivas implícitas. XIBALBA responde a una labor coordinada Inter. Institucionalmente con participación comunitaria porque es allí donde la prevención encuentra su dinámica y su capacidad de influir en la población ,desarrollando actividades, actitudes y hábitos de vida que promueven respuestas autónomas y condiciones propicias para la autorregulación y la creatividad ciudadana.
XIBALBA, ARTE Y CULTURA, es la vida cotidiana de la juventud son una propuesta metodológica centrada en la expresión artística comunitaria ,la experiencia y la expresión estética bajo la forma de creación artística alternativa como un poderoso medio de vincular el aprendizaje a la construcción de valores a través de las vivencias construyendo cadenas que soporten valores como el afecto, la solidaridad ,el compromiso con una vida de tolerancia respeto y posibilidad de participación. XIBALBA como una alternativa cultural permite simultáneamente construir propuestas afirmativas en el manejo de los conflictos relacionados con el consumo de sustancias psico activas, la comunidad ,el barrio se convierten en un soporte social donde cada uno asume un papel reconocido y necesario para mejorar la calidad de vida de los hondureños.
Hoy en día se hace necesario abrir espacios sociales para que las formas culturales adquiridas por la juventud contemporánea puedan lograr un reconocimiento construyendo un lugar en la cultura que les permita desarrollar su propia identidad y lograr una mejor comunicación consigo mismos y con los demás sectores de la sociedad ,es necesario que reflexionemos para que los pandilleros se conviertan en seres activos que cuestionen y formulen por medio de procesos de creación cultural .
Las maras nos ofrecen un tema para reflexionar un camino para comprender la sociedad un pueblo que por años ha esperado sin recibir nada.
Hoy en Honduras nos estamos jugando la oportunidad de construir el futuro de nuestros menores educando para transformar haciendo una Honduras digna como nación sin drogas, sin tráfico de armas con credibilidad internacional si fracasamos el mundo de las maras estallará en nuevas formas de conflictividad que serán tan violentas como las mismas maras. Sólo dando respuesta hoy a las necesidades de la juventud podremos construir una sociedad en donde la dignidad humana sea patrimonio de todos. La respuesta es no más cárceles, no más pandilleros muertos sino más escuelas más centros de integración cambiando a través de DIOS la frustración de los jóvenes hondureños con optimismo. “ No destruyamos lo que nos estorba. Construyamos no que nos hace falta”.

UN NUEVO PODER CRECE CON EL AMPARO ESTATAL.


NEGLIGENCIA ESTATAL E INOPERANCIA DE LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS FORTALECE NUEVAS FORMAS DE VIOLENCIA JUVENIL.

Con ayuda del sistema legal de los países, el crimen adquiere mas poder amparados en el desarrollo y obras de BENEFICENCIA que se distinguen y confunden a la sociedad ayudando a los mas necesitados, esto los vuelve cada vez mas legales mimetizando el financiamiento producto de sus malas acciones, atrapando a los que veneran el dinero a través de su principal arma el internet, la música y la moda.

Las torturas producto de la inoperancia de los Órganos Representantes de los Derechos Humanos, fortalecen las políticas de exclusión, marginamiento y destrucción de una población habida de tener oportunidades.

La organizaciones mas corruptas, extremadamente criminales, se han hecho demasiado legales, se mueven al margen de la ley, se dedican a la pornografía, pedofilia, internet, prostitucion, pederastas, violadores, transacciones de drogas, rapto de menores etc...

Algunos amparados en la Palabra de DIOS y forman parte de un gran coloso financiero que se llama CRIMEN INTERNACIONAL, donde fallan los métodos tradicionales, crece la mafia, con leyes y restricciones, en una nación oculta sin fronteras, donde no hay corte internacional, donde la fiscalia de la niñez y el Instituto Hondureño de la niñez y la familia INFHA “ NO funcionan” ni Tratados de Derechos Humanos aplicables a los mas necesitados y donde las jurisdicciones cambian, no hay aplicación global de las leyes, ni esfuerzos condicionados por tratados de países vecinos, ¡¡eso conocemos como CRIMEN ORGANIZADO¡¡, se enriquecen a costa de la codicia y avaricia destruyéndonos a cada uno, aun mas a los mas pobres, funcionando igual que el libre comercio en estrecha relación con otros países”.

También son responsables los gobiernos por “La falta de interés de invertir en Políticas Regionales” encaminadas a la prevención del crimen, al respeto de los Derechos Humanos, a la rehabilitación de aquellos que por una u otra razón han faltado siendo castigados con la privación de la libertad y además de ello con las crueles torturas enterrados de por vida, estigmatizados por una marca en su piel sin derecho a trabajar, a circular, ni a estudiar.

A los que con esfuerzo han emprendido para el sostenimiento de sus vidas y la de sus hijos pequeñas microempresas de la Organización XIBALBA, que hoy son desarticuladas con el visto de bueno de Organismos de Derechos Humanos.

Uno de los signos más evidentes del aumento de la violencia juvenil en Honduras es que crece el resentimiento y han evolucionado cada vez desde el punto de vista de sus estrategias de reclutamiento y la gravedad de sus actividades delictivas, haciendo más grande el sentimiento de inseguridad en los hondureños

Es urgente que los Estados fomenten políticas de prevención del crimen y rehabilitación del privado de libertad, así como la garantía de los Derechos Humanos de los Hombres y mujeres del mundo, destinando esfuerzos no solo encaminados a la interdicción y la represión.

De lo contrario la violencia de las maras emerge como un poder tan grande como las mismas maras.

¿Estamos preparados para ello…?

ITSMANIA PINEDA PLATERO
DERECHOS RESERVADOS XIBALBA ARTE Y CULTURA
¡¡PREVENCION DEL CRIMEN Y DEL USO DE DROGAS¡¡

ADICCIÓN EN EL TRABAJO


El consumo de alcohol y drogas (ilegales o legales no recetadas) en el ámbito laboral es considerado un problema delicado y que va en aumento. Estadísticas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) señalan que tales sustancias están presentes en el 20% o 25% de los 250 millones de accidentes laborales producidos anualmente a nivel mundial.
En Argentina, aunque no existen estadísticas definitivas, los expertos estiman que las cifras son similares a las de Estados Unidos, donde -según la Substance Abuse and Mental Health Administration de ese país- el 8% de los trabajadores consume drogas constantemente.
La Universidad del Salvador (USAL) realizó en Argentina la Encuesta Laboral 2000, la que indicó que -sobre 8000 personas de entre 18 y 40 años- el 13,11% de la población trabajadora ha estado o está en contacto con drogas ilegales o psicofármacos que no han sido recetados por el médico y el 8,4% abusa del alcohol. Cabe señalar que las personas encuestadas han consumido drogas ilegales pero eso no significa que lo hagan sistemáticamente.
La adicción causa tres tipos de problema en la actividad laboral; en primer lugar la disminución del rendimiento debido al llamado trabajo espasmódico del alcohólico o drogadicto caracterizado por una tarea realizada a los golpes. En segundo lugar, existe menor disponibilidad o ausentismo que son frecuentes y de corta duración, generalmente después de fines de semana o días festivos. Finalmente, disminuye la seguridad, pues además de los que ocurren en el trabajo, las adicciones son responsables del 35% de accidentes en él. A pesar de que este problema no es nuevo, diversas fuentes aseguradoras de riesgos del trabajo señalan que entre sus clientes existe preocupación por el incremento del consumo de drogas ilegales y psicofármacos. Los especialistas coinciden en que existe un vacío legal en el campo de la drogadicción en el trabajo. Existe un proyecto de ley que apunta a normatizar la detección en el ámbito laboral e indica que "el uso o abuso de estupefacientes o psicotrópicos sin prescripción médica no será causal de despido justificado". Sin embargo, aunque es el único que ha contemplado tanto la prevención como el tratamiento, el documento no menciona al alcohol que es -según los médicos- el que encabeza la lista de sustancias peligrosas consumidas en el trabajo.

Hay 2,000 estancos y 300 escuelas en la “gran ciudad”

Derechos Reservados para Organización Publicitaria S.A. LA PRENSA

Tania Corona
Redacción La Prensa


Las frías estadísticas reflejan el porqué de la violencia y el bajo nivel cultural en la ciudad: hay más de 2,000 negocios donde venden licor contra unas 300 escuelas. “La venta de alcohol es un negocio lucrativo, pero infortunadamente existen más expendios que escuelas en la ciudad”, admitió el jefe del Juzgado Municipal, Álvaro Aguilar.El 70 por ciento de los negocios donde venden licor están ubicados en la zona sureste, en los barrios Medina, Concepción, Montefresco, Sunseri, Cabañas y Tepeaca y algunos en pleno centro de la ciudad, donde según datos de la policía se registran los hechos más violentos. Estos antros están registrados en el departamento de Control de Ingreso de la municipalidad como lugares donde se venden bebidas embriagantes y tienen el permiso correspondiente.Aunque en la realidad el número de negocios donde se consumen bebidas alcohólicas es mucho más de 2,000, lo que indica que cientos funcionan clandestinamente. Hay 600 merenderos que se amparan en la venta de comida pero realmente son bares. Ilegal Según el Plan de Arbitrios, los estancos deben operar a 100 metros de distancia de las escuelas, iglesias y centros de salud.Pero en la segunda avenida, tercera calle del barrio Medina hay dos expendios, La Amistad y El Tecolote cerca de una iglesia y la escuela República de Cuba está ubicada en una zona peligrosa donde deambulan los alcohólicos.En la primera calle, tercera avenida del barrio Medina existe un merendero que está junto a una institución educacional y en la sexta calle del centro de salud operan tres bares.En la aldea El Ocotillo hay sólo tres escuelas y operan unos seis estancos ubicados en casas particulares y no tienen permiso por parte de la municipalidad, el policía asignado al sector expresó que a los menores les son vendidas bebidas embriagantes.Oscar Mejía, director de la Departamental de Educación, dice que si se aplicara la ley y las cantinas se construyeran a unos 100 metros de distancia de los centros educativos y hubiera un verdadero control, el número de bares fuera menos.Multas El juez de Policía explicó que existe una serie de restricciones. Ya que estos negocios deben estar debidamente registrados sino son considerados clandestinos, no deben de vender alcohol a menores de edad y deben de cerrar a la hora estipulada por la ordenanza municipal.Según cifras para está temporada de fin de año se espera un consumo de 700 millones de cervezas.

Ex marero pide a los padres de familia ver a sus hijos como un don especial

DIARIO TIEMPO


EL PROGRESO. “El miedo que sentía me llevó a querer suicidarme con una sobredosis de droga. Cuando desperté supe que debía buscar a Dios. Salí y encontré una Iglesia donde oraron por mí y me cambiaron”, afirmó José Luis García, ex miembro de la mara Vatos Locos, del barrio Berlín de esta ciudad.
García participó en la presentación del libro “Maras y Pandillas en Centroamérica”, donde prestó testimonio de su vida en las calles.
Su peregrinar por el mundo de la mara comenzó a los 13 años, cuando la desintegración familiar lo llevó a unirse a un grupo de jóvenes, cuya única ocupación era consumir bebidas alcohólicas, fumar y andar en la calle.
Pronto se integró a los Vatos Locos, y pasó del cigarrillo a inhalar resistol, fumar marihuana y otras drogas, por lo que en varias ocasiones debió cometer delitos para financiar sus vicios.
“Ahora tengo 21 años, fueron 6 años que experimenté en las pandillas y sé que no hice lo correcto para mi vida, que fue tiempo perdido porque las maras a lo único que nos llevan es a la destrucción y a problemas con nuestra familia”, expresó.
El salto hacia atrás lo dio en 1999, cuando un drogadicto lo acusó de haberle robado una fuerte cantidad de estupefacientes. “El, con otra gente me andaban buscando para matarme. Yo estaba decepcionado, no quería saber nada, no podía salir de mi cuarto porque pensaba que me los iba a encontrar, así que pensé que lo más conveniente era que me matara”, relató el joven, de aspecto menudo y quien aún conserva sus tatuajes en la espalda.
Así decidió que tendría una muerte indolora: una noche inhaló resistol, fumó marihuana, tomó varias pastillas de diazepán y combinó otras drogas, esperando no volver a despertar.
“De tanta droga que me metí sufrí de intoxicación, pero cuando desperté comencé a reflexionar y al ver que no había muerto, me dije: si esto es así, voy a buscar las cosas de Dios. Me levanté una mañana, fui para la Iglesia Evangélica Pacto Bíblico de Santidad, el pastor y varios jóvenes oraron por mí y aquí estoy. Son ya tres años en los que no he vuelto a probar ni un cigarro”, aseveró.
Finalmente, pidió a los padres de familia ver a sus hijos como un don especial, “porque lo único que necesitan es que alguien tenga comunicación con ellos, que vele por ellos, que les dedique su tiempo y ese es trabajo para los papás”.

“Las drogas me hicieron tocar fondo”

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Redacción de nacionales A ESCONDIDAS. Las horas libres o faltar a clases facilita el consumo de algún tipo de drogas entre los estudiantes adolescentes.
“En este país, es fácil encontrar droga. A la salida del colegio, con todo y uniforme, iba con mis compañeros a comprarla al barrio San Miguelito”, expresa Nicolás, de 17 años, alumno de un colegio ubicado en la colonia La Rábida, al norte de San Salvador.
Sentado en una silla y encerrado por las cuatro paredes en la habitación de un centro de rehabilitación, el joven, de cuerpo delgado, piel trigueña y ojos opacos, cuenta su experiencia.
“En un principio, los vendedores desconfiaron de mí. Hasta me pegaron una vez, porque pensaron que me había mandado un policía, pero cuando me vieron con otros compañeros, me aceptaron como cliente”, expresa.
Nicolás apenas tenía 14 años cuando comenzó a fumar y a beber alcohol y cervezas, y no había cumplido los 15 cuando conoció la marihuana.
Desde ese momento, los estudios pasaron a segundo plano.
Sus compañeras se encargaban de hacerle las tareas y hasta de hacerle los exámenes. El joven nunca aplazó grado. “Todo ese año fue de andar jodiendo. De no entrar a clases”, agrega.
Beber a tempranas horas para paliar la resaca y las gotas para disminuir la irritación de los ojos se volvieron una estrategia.

El Callejón

“¡Aquí hay de la buena!, ¡aquí hay de la buena!”, se escuchaba cada vez que el estudiante de octavo grado se adentraba a la comunidad Tutunichapa IV, contigua al mercado San Miguelito.
“Cada toque de marihuana me lo vendían a cinco colones y cada piedra de crack a 10”, comenta.
Los parques y las casas de sus amigos eran lugares perfectos para consumirla.
“El dinero no me faltaba. Aunque mi papá nos haya dejado antes de que yo naciera, mi mamá ha trabajado para darnos de comer a mi hermana mayor y a mí”, añadió el adolescente.
Sin embargo, el comportamiento violento es algo que Nicolás no pudo manejar.
Así han pasado dos años. Con el dinero que su madre enviaba desde el extranjero, Nicolás mantuvo su propio vicio y el de otro drogadicto. Pero el dinero fue escaseando y la ansiedad por el crack iba aumentando. Las joyas de su hermana y otros artículos de la casa comenzaron a desaparecer uno a uno.
El joven se fue de casa. “Nunca imaginé que conocería el frío, que dormiría en la calle, que me sentiría solo. Las drogas me hicieron tocar fondo”, dice Nicolás, mientras trata de borrar de su memoria esa cruda experiencia.

ESCLAVITUD SEXUAL DE NIÑAS

EL HERALDO.HN


EL HERALDO inicia hoy y hasta el viernes una serie especial sobre la explotación sexual de niñas y niños en el, país para mostrar los vejámenes, las angustias y los oprobios que sufren como parte de un submundo de redes organizadas y donde la mano del Estado es literalmente nula.

"Quiero que vengan por mí"; "tengo miedo por mi vida"; estoy aquí porque mi padrastro me maltrataba". Son gritos de angustia de niñas, de adolescentes hondureñas, que a diario libran la guerra de la explotación y esclavitud sexual en calles, mercados, bares, clubes nocturnos y sitios clandestinos de las principales ciudades del país.
Si bien no hay un dato exacto, la verdad es que se estiman en miles las menores de 18 años que son sometidas a la peor forma de explotación: la esclavitud sexual. Sus voces casi apagadas por el hambre y el dolor, no logran penetrar la conciencia de la sociedad hondureña, ni mucho menos de las autoridades del país.
En la capital están en las calles, en grupos, harapientas, despeinadas, coro ropa apretada enseñando el ombligo, con faldas cortas o pantalones apretados y con su mente extraviada con ansias de conseguir unos cuantos lempiras. Atienden los llamados de hombres que pasan en carros o se ofrecen al caminante.
Ellas ya conocen los hospedajes de mala muerte, donde un cuartucho, lúgubre, con una cama vetusta y gastada sirve para que el macho sacie su instinto y ella reciba como pago 50 lempiras en la mejor de la suerte o golpes o insultos en el peor de los casas.
No están allí porque quieren. No. Mil veces no. Muchas de ellas están porque su hermano, su padre o padrastro las agredió sexualmente. Porque su madre las abandonó. Porque se metieron en una "mara" y ahora el líder de la pandilla las obliga a prostituirse. Porque no hay autoridad que busque su rescate.

"Nadie va a preguntar por vos", fue la única respuesta que recibió una niña, luego de ser ultrajada y golpeada en las cañeras en la costa norte, por un cliente explotador que estuvo a punto de quitarle la vida.

¿CUÁNTAS SON?

¿Cuántas menores se han lanzado a la calle para sobrevivir a través de una de las peores y más crueles formas de explotación? En realidad nadie precisa un dato, pero el incremento de menores ejerciendo la prostitución es notorio.
En Guatemala una investigación identificó que son diez mil, en Honduras las cifras pudieran andar por las mismas o ser menores. En toda la región centroamericana hay 100,000 niñas y niños en la calle y la mayoría termina en la prostitución.
EL HERALDO logró constatar cómo los sitios en la ciudad capital han proliferado, y el número de niñas ejerciendo la prostitución se incrementa cada vez más. En San Pedro Sula, la problemática es más visible. En la capital, muchas llevan varios años sobreviviendo en las calles más lúgubres y peligrosas tanto de Tegucigalpa y Comayaguela, en mercados, donde son víctimas de rufianes, de intermediarios, que se aprovechan de su vulnerabilidad para hacer negocio.

LAS REDES

Un estudio titulado "Explotación sexual comercial de niños, niñas y adolescentes en Honduras", coordinado por Mirtha Kennedy del Centro de Estudios de la Mujer (CEM-H), apoyado por otra investigación de Casa Alianza sitúa a Honduras como el país de la región que más expulsa menores para ejercer la prostitución en otras naciones del área, aunque a veces, las redes las conducen a lugares lejanos como Japón, Estados Unidos y Europa.
Se ha determinado que en Tapachula, México, hay unas 300 hondureñas ejerciendo el comercio sexual En Nicaragua, las niñas hondureñas son captadas para ser llevadas a barcos de pesca que están en el Golfo de Fonseca para el comercio sexual.
En El Salvador se encontró que niñas hondureñas están del otro lado de la frontera "circulando en la carretera Panamericana, que las levantan los camioneros, los traileros incluso en la frontera con Guatemala hay niñas que dicen ser guatemaltecas, pero en realidad son hondureñas", cita Kennedy.
Esto nos está hablando de un movimiento de esta población joven en un territorio que trasciende lo nacional. El problema tiene dimensiones transnacionalizadas y está muy vinculado con este movimiento de la mercancía. Por la crueldad y el sometimiento de las menores la explotación sexual comercial de menores, es considerada una forma contemporánea de esclavitud.

UN MUNDO DE DROGAS

Las redes de la explotación sexual están articuladas al crimen organizado nacional e internacional y a complejos circuitos económicos vinculados al turismo, los servicios de recreación, hotelería, comercio; actividades productivas que generan otras formas de explotación infantil, así como actividades ilícitas de tráfico de drogas.
Las niñas y niños explotados son el último eslabón de uña cadena muy lucrativa; "son uña mercan da que se vende en este comercio, del cual no se benefician en nada". En los sitios de Prostitución, surgen como hongos los negocios que sacan la "mejor tajada", los hoteles y cuartuchos de mala muerte, que sobreviven del comercio sexual.
Está vinculado al contexto socioeconómico, a las limitaciones de los derechos socioeconómicas de los jóvenes, como ser el desempleo. Lo mismo que a la violencia, maltrato y a la desintegración familiar, sostiene por su lado, Gustavo Zelaya, asesor legal de Casa Alianza.
Hasta ahora no hay alternativas concretas, las leyes son muy débiles y no se castiga a los explotadores. Los organismos que velan por la niñez, esperan que voces como la de Elena de 16 años, que clamó por ayuda al decir "tengo miedo por mi vida", sean escuchadas a tiempo, porque ella perdió su vida de forma violenta el año anterior.

DATOS ESCALOFRÍANTES

El ingreso de los menores al mundo de la explotación sexual se produce en casos a muy temprana edad. En su estudio el CEM-H encontró incluso niñas de hasta siete años. Los hallazgos reflejan que en uno de cada diez casos, el ingreso de las menores a la prostitución se produjo antes de cumplir los doce años; y en uno de cada cinco, entre los doce y trece años. Para el 54.7 por ciento, la edad de ingreso fue entre los 14 y 15 años.
"Es un problema gravísimo, que no sólo podemos justificarla con la pobreza sino que tiene muchas implicaciones culturales, ellas han sido invisibilizadas", sostiene Mirtha. De alguna manera hemos sido cómplices en la medida que hemos permitido que esto suceda. Estas niñas que se encuentran en extrema vulnerabilidad porque sus condiciones de vida son como que estuvieran en guerra permanente.

El nuevo poder que emerge en Centroamérica




Séptimo Día
C O N T E N I D O R E L A C I O N A D O
ULISES RODRIGUEZ / EFE
LOS PANDILLEROS suman decenas de miles. En la foto, un miembro de la Mara Salvatrucha de San Salvador. En Honduras, el gobierno titubea frente al diálogo con los delincuentes.

NUEVO HERALD
GERARDO REYES
TEGUCIGALPA





Un guardián toca un violín destemplado frente al muro colorido de Isla Tres, el pabellón de la Penitenciaría Nacional de Honduras en el que sobreviven 264 prisioneros de la temida pandilla Salvatrucha.
Las notas desafinadas del instrumento son asordinadas por la algarabía de dos gansos que también están presos en una pequeña granja de la cárcel, junto a tres gallos de pelea y un cerdo enorme.
Y al popurrí de sonidos se le suma el bum-bum de una interminable canción de rap que alienta a los internos mientras enjuagan con jabón, al aire libre, los rostros de amigos muertos y de amores perdidos que llevan tatuados en su piel.
En esta cima soleada del valle de Amarateca, a 18 kilómetros de la capital, todo parece tranquilo. No es así.
Entre los mareros que juegan fútbol y lavan sus jeans de marca, entre los que están recostados a las paredes pensativos y los que almuerzan de pie pollo asado -- las mareros no comen con los presos comunes porque temen que los envenenen -- hay un sentimiento de indignación porque el gobierno de Honduras no ha respondido a su petición de un diálogo.
''No vamos a insistir más, ya dimos señales de que queremos una nueva oportunidad'', explicó Juan Carlos, uno de los coordinadores de los pandilleros presos.
Juan Carlos, de 23 años, fue arrestado hace un año por asociación ilícita, el delito más común entre los pandilleros. Cuando tenía libertad, trabajaba como pintor de ataúdes modelos ''bachiller y presidencial'' en la colonia de Las Mercedes, de Tegucigalpa, según explicó. Ahora espera que la justicia concrete los cargos en su contra.
Los gobiernos generalmente no se sientan a hablar con pandilleros. Sin embargo, los mareros en este país saben que tienen fuerza suficiente para lograrlo. Son un problema de Estado. Asesinatos, atracos, secuestros express, sicariato y otros delitos urbanos, son atribuidos a las pandilleros pocos minutos después de cometerse.
De una postura que rechazaba cualquier posibilidad de diálogo mantenida por el saliente presidente Ricardo Maduro durante su administración, el nuevo gobierno del presidente Manuel Zelaya ha abierto los canales de comunicación con las maras.
''El ministro de Seguridad ha estado anuente a esa propuesta [de las maras]'', dijo el general Walter López Reyes, coordinador del Observatorio Hondureño sobre Drogas.
Además de la zanahoria del diálogo, para el cual han sido designados un obispo católico panameño y un pastor evangelista cubano, el gobierno de Zelaya ha mostrado también el garrote: se propone aumentar la policía con 1,000 soldados que han sido dados de baja del ejército.
Las cifras de pandilleros en el país parecen más de un movimiento insurgente que de una fastidiosa horda barrial. De acuerdo con los expertos, en Honduras hay 35,000 pandilleros. La policía sostiene que son 100,000.
En lo que la realidad no permite discusiones es que se trata de un fenómeno que se larva en la pobreza. Las maras son una especie de milicia urbana vestida de Nike que se ha trepado en los cerros miserables de Centroamérica para ofrecer a sus adeptos, a la vuelta de la esquina, la solución a problemas de alimentación, vestuario, haraganería y autodefensa.
''Somos una familia'', repite uno de los pandilleros presos una y otra vez. ``Uno para todos y todos para uno. Aquí no hay jefes''.
A diferencia de la guerrilla que inflamó esta región inspirándose en figuras como Sandino, El Che y Fidel Castro, los pandilleros siguen a ciegas los mensajes y las señales de los vídeos de Fifty Cent y Snoop Dogg y otros grupos raperos estadounidenses, a quienes vieron en las pantallas de inquilinatos paupérrimos de Los Angeles.
A esa ciudad y a Nueva York fueron a parar cuando las guerras civiles de los años 80 en Centroamérica obligó a sus padres a abandonar el país. Algunos de los jóvenes murieron en las confrontaciones sangrientas de las clicas (subpandillas) de la Mara 18 y la Salvatrucha. Otros se quedaron en Estados Unidos. Y muchos, como los habitantes de la Isla Tres, regresaron con sus héroes grabados en la piel y en la cabeza un código implacable de fidelidad con sus vatos (amigos) hasta la muerte.
''Las necesidades de los pandilleros son las mismas de todos los hondureños'', afirmó Itsmania Pineda Platero, una mujer que ha seguido la vida de las maras durante 15 años. ``En cada país, en cada sociedad, necesidad de pertenecer, de no ser excluidos, de tener trabajo, estudiar, de poder circular con libertad en un mundo hoy con fronteras virtuales marcadas por la miseria''.
Gracias a su paso por ''los estados'', así llaman a Estados Unidos, casi todos hablan inglés callejero.
No obstante, su lenguaje verbal se limita a frases cortas y certeras. El resto del mensaje se lo dejan a la mímica clandestina de la mara.
Enmarcado en citas bíblicas, el mural interno de Isla Tres resume lo que parece reflejar la actitud de los pandilleros presos: ''Pedimos perdón a todo el pueblo hondureño'', dice la leyenda.
La influencia religiosa es producto de las continuas visitas de pastores evangélicos a la prisión.
Según los voceros de Isla Tres, las maras quieren hablar de justicia y perdón. La ley antimaras que aprobó el gobierno pasado mandó a prisión a unos 3,000 supuestos líderes de las bandas Salvatrucha y 18. Algunos de ellos afrontan penas hasta de 30 años y multas de $50,000.
''Yo no soy delincuente por el mero hecho de tener mi cuerpo tatuado, porque yo hago con mi cuerpo lo que quiero, éste es un país libre'', dijo Jean Carlo, uno de los líderes de la mara que insistió en que la única prueba que tiene la justicia en contra de muchos de sus compañeros son los tatuajes.
Pero los autoridades sostienen que un buen número de los detenidos arrastra un largo historial de asesinatos, robos y agresiones.
También creen que, desde la cárcel, se coordinan varias acciones delictivas que ocurren en la calle.
Esa hipótesis podría explicar la presencia de los gansos justo a la entrada de Isla Tres.
''¿Por qué están allí?'', preguntó El Nuevo Herald.
Uno de los pandilleros sonríe socarronamente y dice que son ``aves muy lindas''.
El sabe que los gansos hacen un gran estruendo por las noches si alguien se acerca al reino secreto de la mara, un reino con celulares, armas y drogas.