“Me parece bien disfrutar de ríos, mares, escenarios verdes, aves y diversidad de flora y fauna que nos alejan del cotidiano pleito, violencia y destrucción. Pero su belleza debe darnos un espacio de reflexión que les comparto en esta encíclica que no está lejos de nuestra realidad, más allá de la religiosidad, hoy podemos vivir el aumento de las enfermedades producto de la contaminación, una escases global del agua y el aumento creciente de la miseria ante la falta de programas humanitarios de asistencia médica y sobre todo alimentaría en contrapeso con el florecimiento de grandes empresas que poco o nada hacen por el ecosistema, olvidando que donde quiera que estemos, respiraremos el mismo aire y tomaremos la misma agua cada vez más escasa.”
La Encíclica Verde de Francisco, se fundamenta en dos fuentes de inspiración; Primero, la del trabajo con los pueblos marginados de Leonardo Boff, ex sacerdote, intelectual y filósofo brasileño. Su gran obra Ecología: grito de la Tierra, grito de los pobres, publicada en 1996, iluminó la reflexión del cristianismo contemporáneo, fue fundador de la Teología de la Liberación, procesado por la Santa Sede por sus ideas y en 1985 condenado a un año de silencio, y, la segunda fuente es la figura y el pensamiento de San Francisco de Asís (1181-1226), por su afán por conectar a Dios con el resto del mundo natural. La Iglesia olvidó sus enseñanzas y justificó la explotación de la naturaleza para obtener riquezas “capital natural”. En un artículo que se considera clásico, el historiador estadunidense Lynn White Jr. (1967) encontró en la tradición las raíces históricas de la crisis ecológica actual.
El Papa Francesco expresa una enorme preocupación por el cambio climático; también sobre cómo es que éste y otros fenómenos son un reflejo de los modelos de producción y consumo practicados por los seres humanos y su consecuencia es el deterioro del medio ambiente, la crisis como uno solo problema ambiental y social, ya que el deterioro ambiental afecta directamente a las comunidades más desprotegidas, la falta educación, salud y sobre todo agua potable.
La sujeción de la tierra al dominio humano le da un cambio radical a la práctica cristiana y la ubica a la vanguardia de las necesidades concretas de la humanidad y su entorno. La lucha contra la crisis socio-ecológica que combata la pobreza y devuelva la dignidad a los excluidos, para la defensa y cuidado de la naturaleza. La sociedad en general carece de un compromiso social y ambiental.
La encíclica verde, es un llamado de atención importante para hombres y mujeres, gobiernos, empresas y organizaciones para adquirir un compromiso integral con el desarrollo sostenible, no se trata solo un documento del medio ambiente, sino de la forma en que humanos nos relacionamos con el entorno y esta relación impacta en la vida de la familia. Posee un señalamiento a gobiernos, compañías e individuos, al consumismo, una creciente conducta deshumanizada que nos depara un suicidio colectivo producto de nuestra ambición y el desinterés en proteger la tierra. Un planeta que lentamente se acerca a la muerte y seria ese nuestro fin.
“Los medios actuales permiten que nos comuniquemos y que compartamos conocimientos y afectos. Sin embargo, a veces también nos impiden tomar contacto directo con la angustia, el temblor, la alegría del otro y con la complejidad de su experiencia personal."
Francesco