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Honduras es un país de ingreso medio-bajo que se enfrenta a desafíos significativos, con más de dos tercios de la población del país viviendo en pobreza y cerca del 46% en extrema pobreza (2012). En zonas rurales un 58% de los hogares están en extrema pobreza.
Desde la crisis económica de 2008-2009, Honduras ha experimentado una recuperación moderada, impulsada por inversiones públicas, exportaciones y altos ingresos por remesas. Esta recuperación se ve reflejada en crecimientos del PIB del 3.7% en 2010, un 3.7% en 2011 y un 3.3% en 2012. A pesar de la incertidumbre global, las previsiones de crecimiento para Honduras se mantienen positivas y se espera que su economía crezca un 3.5% en 2013.
Pero los altos niveles de crimen y violencia son el mayor desafío para el desarrollo de Honduras, al ser el país con la mayor tasa de homicidios en el mundo. Entre 2005 y 2011, las tasas de homicidio en Honduras se incrementaron de 37 a 91.6 homicidios por cada 100,000 habitantes. La mayoría de la violencia está concentrada en áreas urbanas (65% de los homicidios ocurren en 5% de las municipalidades) y la mayoría de víctimas de homicidios son hombres (94%), particularmente los comprendidos entre los 15 y 34 años de edad (63%).
Se estima que los costos anuales de la violencia representan alrededor del 10% del PIB del país (cerca de US$900 millones). El crimen y la violencia también han erosionado la confianza de los ciudadanos en el imperio de la ley. En Honduras, en comparación con personas que no han sufrido crimen alguno, las víctimas de crímenes son 6.5% más propensos a tomar justicia por propia mano y son 9% menos propensos a creer que el Estado de Derecho siempre debe ser respetado.
El Banco Mundial ha trabajado con el gobierno para diseñar un programa de apoyo para ayudar a Honduras a lidiar con sus desafíos de desarrollo. Estos retos incluyen la vulnerabilidad del país ante los choques externos. Un ejemplo es el sector agrícola que ha perdido cerca de un tercio de su poder adquisitivo en las dos últimas décadas, en gran parte por una disminución de precios para cultivos de exportación, en especial bananos y café.
Honduras también es susceptible a fenómenos naturales adversos como huracanes y sequías. Algunas medidas para mitigar el impacto de estos choques se enfocan en fortalecer la capacidad de los hogares para adaptarse, extender mecanismos de gestión de riesgo basados en el mercado y desarrollar redes efectivas de protección social.
Estudios del Banco Mundial han destacado la importancia de mejorar la calidad de la educación. También será necesario tener avances para aumentar la productividad rural y diversificar las fuentes de ingresos rurales, pues la mayoría de los hondureños que viven en pobreza residen en zonas rurales y dependen de la agricultura para subsistir.