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viernes, 8 de diciembre de 2017

Carta al presidente de Honduras POR ITSMANIA PLATERO

HIJA PREDILECTA DE JOSE TRINIDAD CABAÑAS FIALLOS (1805-1871)
PRESIDENTE DE HONDURAS

“ Yo deseo pues, que la libertad de prensa sea de hecho ilimitada, y que mi administración sea censurada de cualquier manera, siempre que ella desagrade a mis conciudadanos, para que yo pueda conocer la opinión publica y yo pueda conocer mis extravíos, os encargo que me iluminéis con la razón de vuestros escritos, que me corrijáis con vuestra censura, lejos de reprimir, ni aun indirectamente, vuestro soberano derecho, me aprovechare de vuestras luces y opiniones y veré con tolerancia mas completa aun los desahogos de la pasión y la causticidad de los partidos”…

Recuerdo, ese 13 de diciembre del 2011 será para mi un día imborrable, déjeme contarle lo que pesa cargar un féretro en los hombros, un sin numero de ideas se cruzan por la mente, recuerdos de amigos, y amigas, compañeros (as) inseparables. A medida que avanza el cortejo fúnebre el peso del ataúd es aun mayor, ya no solo son 73, periodistas asesinados, ni 70 abogados , ni las mas de mil mujeres hombres y niños (as), es el dolor de muchos hondureños (as), hogares enlutados, es la carga del dolor que provoca la sed de la justicia, ese dolor que cala hasta la medula de los huesos, ese dolor que no se mide ni se compra, ni se apaga, porque a medida que el tiempo avanza se vuelve como una llama que arde con mas intensidad.

Me doy cuenta de la responsabilidad que llevo en mis hombros, llevar hasta su morada final a mí amiga “la libertad de expresión y prensa”. el silencio impera en el recorrido, apenas un megáfono sonaba con una voz que gritaba ¡justicia, justicia, justicia¡, En ese momento te das cuenta, que ahí no hay colores ni importa si eres negro o blanco, si fue primero el otro, si eres rico o pobre, mujer, hombre o niño, policías o ladrones, con estudio o sin estudio, la muerte se enamora y no sabes quien será el próximo en llevarse, en ese instante ese frió cajón te hace entender que todos somos iguales.

. ¡ah como extraño a mí padre, “ese hombre sin tacha y sin miedo”¡ Pienso que también el se unió a nuestro llanto, una suave brisa mojaba el árido pavimento, queriendo quizás ablandar el corazón de los que con escudos y bombas esperaban nuestra llegada, su mejor amiga seria asesinada la libertad de prensa.

No hay funeral sin lagrimas, fueron las bombas lacrimógenas las que acabaron con este entierro, así era, los hermanos mayores los hijos de la patria, los que aprenden en la Escuela de Policía, el código de Valores de mi padre el General JOSE TRINIDAD CABAÑAS “ olvidaron la primera necesidad del país conservar su independencia, su integridad mutilada y amenazada gravemente por el fraccionamiento del gobierno general y la debilidad y aislamiento de pequeñas y absolutas soberanías”…

“Hay un derecho constitucional en el pueblo, inherente a su soberanía, y es el fundamento supremo de todas las libertades publicas; este es el derecho de la prensa libre, no hay limitación posible, no hay formas prohibidas. El público es el juez y toda coartativa es un ataque a la soberanía y a la ilustración del pueblo. Los escritos sin razón, sin pudor o sin verdad caen por si mismos desechados por la razón publica, o tienen alguna justicia y fundamento, y sirven de ilustración al Gobierno. Estoy persuadido que no hay caso en que convenga la represión.

¿Y porque? Es porque siempre deben servirme de norte aun las opiniones de los que pudieron ser mis enemigos: es porque estoy seguro del buen sentido y de la justicia del pueblo hondureño; es porque quiero que mi conciencia publica nada tenga que temer del juicio de mis conciudadanos; pero sobre todo es por quiero concertar mi gobierno y medirlo en la balanza de la razón publica”.

Con fragmentos del discurso del General Cabañas presidente del Estado de Honduras donde desea la Libertad de Prensa Ilimitada
Comayagua 2 de marzo de 1852