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Carola Mittrany
Más de 400 niños, niñas y jóvenes perdieron la vida de forma violenta en 2006 en Honduras, mientras que 150 mujeres fueron asesinadas a lo largo del año, según el informe de Amnistía Internacional (AI) divulgado a fines de mayo último. En la mayoría de los casos, según la organización, no se puso a disposición de la justicia a las personas responsables.
“Las cifras son alarmantes. Sin embargo, lo que cita AI es un mínimo de lo que se está viendo. Los organismos se han vuelto burocráticos y hay casos que no son cuantificables”, señala Itsmania Platero, presidenta de la organización no gubernamental Xibalba Arte y Cultura.
Itsmania, que trabaja en la defensa de los derechos humanos desde hace 19 años, es una de las muchas activistas que sufre con las “crecientes amenazas, intimidaciones y hostigamiento contra personas que centran sus actividades en los derechos económicos, sociales y culturales, incluidos los derechos laborales, los derechos de los pueblos indígenas y el derecho a la vivienda”, según el mismo informe de AI.
“La negligencia y omisión de los organismos de derechos humanos está fortaleciendo los abusos a la causa que ellos deberían defender. El comisionado de DDHH repite lo que el Estado quiere que repita. El silencio se vuelve cómplice”, denuncia Itsmania.
Impunidad y corrupción
En un país donde la tasa de homicidios es de 37 por cada cien mil habitantes - según datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo - Itsmania cree que las estadísticas pueden ser aún mayores y apunta la impunidad como mayor culpable por la perpetuación de la violencia. “Hay muchas personas que no están denunciando por miedo. No pueden los números ser reales, porque el departamento de investigación criminal solo reporta casos de personas o hechos muy relevantes, no cuenta con agentes en los 18 departamentos, por lo que muchas muertes quedan sin resolver. Hay lugares, inclusive, donde los investigadores hacen de jueces, de fiscales, de forenses”, critica.
La activista cita como ejemplo el entierro en semanas recientes de varias personas en fosas comunes, sin que fueran identificadas, por inoperancia del ministerio publico, según fuentes de la policía. “Es normal que la policía y la dirección general de investigación criminal delinquen. Poner una queja en la policía puede costarte la vida. Eso ahora es normal, pero lo absurdo es poner una queja y darte cuenta que esto te puede costar la vida porque tu denuncia pronto estará en manos de los delincuentes”, alerta.
Itsmania, que es testigo en muchos casos de la corte y está amenazada de muerte, apunta la inoperancia en el sistema judicial y la corrupción dentro de la policía por este cuadro alarmante: “Esto hace a uno creer que el sistema judicial está involucrado o es deficiente. Ya en la policía, los que no son corruptos, están descontentes por la dirección que no está cumpliendo su finalidad de realizar”, lamenta.
Juventud al margen de la sociedad
Sobre el tema de las pandillas, la activista dice que la ley antimaras apenas sirvió para estigmatizar y criminalizar a la juventud, principalmente a aquellos jóvenes que provienen de bajos estratos. Observa también que ya no se maneja el tema como en el pasado, habiendo sido sustituido en los titulares de los diarios y en la boca de la gente, por el tema del crimen organizado y el sicariato.
“En las cárceles hay entre 600 y 700 jóvenes que pertenecen a las maras. Ya no se ven jóvenes tatuados en las calles. Los que han sobrado han emigrado, mientras otros han sido muertos, inclusive dentro de los centros penales”, indica.
Para la activista son muchos los intereses que están en juego. Entre ellos cita la comercialización de la seguridad privada y la venta de armas, dirigida especialmente a un público femenino alarmado con la creciente inseguridad en el país. “Hay un conjunto que está compuesto inclusive por los medios de comunicación que responde a intereses elitistas y empresariales. Hay libertad de prensa pero no hay libertad de expresión. El amarillismo en los periódicos vende y justifica la existencia de grupos de exterminio que han hecho que la población se vuelva juez”, sentencia la activista.
Por la defensa de los derechos humanos
El informe “El Estado de los Derechos Humanos en el Mundo”, fue presentado en Londres por la Secretaría General de Amnistía Internacional, Irene Khan y analiza por regiones la vigencia de las garantías individuales.
El documento hace énfasis en los temas de violencia contra las mujeres, contra la niñez, el trasiego de armas, la pena de muerte, las distintas formas de tortura y terror, así como la justicia internacional. Y hace un llamado para que los defensores de los derechos humanos puedan hacer su trabajo en paz.
“Lo que quiero es que se respeten los derechos del ser humano, que sean aplicadas medidas cautelares y que el estado propicie la seguridad digna para vivir”, concluye Itsmania.
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