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viernes, 9 de enero de 2015

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“LA OFENSA A LO SAGRADO NO PUEDE CONSTITUIR UN LÍMITE DE LA LIBERTAD DE INFORMACIÓN”

PUBLICADO EL JUEVES 8 DE ENERO DE 2015. EL ATAQUE MORTAL QUE SUFRIÓ LA REDACCIÓN DE CHARLIE HEBDO EL 7 DE ENERO DE 2015 EN PARÍS, DEMUESTRA UNA VEZ MÁS EL PELIGRO PERMANENTE QUE SE CIERNE SOBRE LOS PERIODISTAS QUE CUBREN EL DELICADO TEMA RELIGIOSO. EN 2013 REPORTEROS SIN FRONTERAS PUBLICÓ UN INFORME TITULADO “BLASFEMIA: LA INFORMACIÓN, SACRIFICADA EN EL ALTAR DE LA RELIGIÓN" (EN INGLÉS ) EN EL QUE NUESTRA ORGANIZACIÓN ANALIZABA LA SITUACIÓN RESPECTO A ESTA "OFENSA" Y HACÍA UN BALANCE DE LAS CONSECUENCIAS QUE TIENE PARA LOS PERIODISTAS EN EL MUNDO. UN INFORME DE ACTUALIDAD, POR DESGRACIA. 
Al día siguiente de la tragedia que se saldó con la muerte de 12 personas, la cuestión de la “blasfemia" y de la libertad que tienen los profesionales de los medios de comunicación de tratar libremente temas religiosos, incluso con humor, se plantea de nuevo en Francia y en el mundo entero.
Cada vez más, los periodistas se enfrentan a los tabús religiosos y a la censura de ciertos grupos de influencia que intentan imponerse. Amenazados, juzgados, incluso agredidos, los cronistas, columnistas y caricaturistas son parte de los profesionales de la información que corren más riesgos. El ataque a las oficinas de Charlie Hebdo con un coctel Molotov en 2011, perpetrado como represalia por la publicación del número especial "Charia Hebdo", y el intento de asesinato contra el caricaturista danés Kurt Westergaard en 2010, por sus dibujos del profeta Mahoma publicados en el diario Jyllands-Posten, marcaron el debate público sobre el derecho a la blasfemia, que sigue teniendo lugar en Europa y en el resto del mundo.
Apoyándose en múltiples ejemplos, como la condena a muerte del bloguero Asif Mohiuddin, dictada por grupos fundamentalistas en Bangladesh, o el proceso que enfrentó en 2011 Boris Obraztsov, jefe de redacción del diario ruso de Kaliningrad Tridevyaty region – VIP, por sus críticas a clero ortodoxo, el informe “Blasfemia: la información sacrificada en el altar de la religión" describe el peligro que constituye esta noción cuando se utiliza para restringir la libertad de expresión. En esta investigación también se abordan: la instrumentalización política de la “ofensa a la religión”, que en ciertas regiones del mundo sigue siendo castigada cruelmente, la ofensiva de ciertos Estados y organizaciones como la Organización para la Cooperación Islámica (OCI), para prohibir la “blasfemia” o remplazar la noción de “difamación individual” por la de “difamación de religiones”. Dado que en numerosos países la “blasfemia” encuentra justificación directamente en la ley, en el informe también se habla de los desafíos jurídicos e internacionales de esta noción.
Reporteros sin Fronteras recuerda que la blasfemia no puede constituir de ninguna manera un límite de la libertad de expresión o de la libertad de prensa, contemplada en el Artículo 19 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.


"BLASPHEMY” CONCERNS MUST NOT LIMIT FREEDOM OF INFORMATION

PUBLISHED ON THURSDAY 8 JANUARY 2015. 
Yesterday’s attack on Charlie Hebdo in Paris, in which 12 people died, has served as a tragic reminder of the dangers to which journalists covering sensitive religious issues are permanently exposed.
In a December 2013 report entitled “Blasphemy: Information sacrificed on altar of religion,” Reporters Without Borders examined the “crime” of blasphemy and its consequences for journalists worldwide. Sadly, this report is still very relevant.
The ability of journalists to freely cover religious issues in a various ways, including the use of humour, is again being challenged both in France and the rest of the world.
Journalists are increasingly facing religious taboos and censorship that influential groups are trying to impose. Columnists, editorial writers and cartoonists are among the journalists who are most exposed to threats, prosecution and even physical attacks.
The fire-bombing of Charlie Hebdo’s offices in 2011 in reprisal for a “Charia Hebdo” special issue and an attempt to murder Danish cartoonist Kurt Westergaard in 2010 in response to the Jyllands-Posten newspaper’s publication of his Mohamed cartoons marked the public debate on the “right to blaspheme” that continues in Europe and elsewhere.
Citing many cases such as the death sentence that fundamentalists passed on the blogger Asif Mohiuddin in Bangladesh and the 2011 trial of Boris Obraztsov, the editor of the Kaliningrad-based newspaper Tridevyaty Region, for criticizing the Orthodox clergy, the Reporters Without Borders report analyses the dangers that result from blasphemy allegations being used to restrict free speech.
The report also looks at political use of the charge of “offence against religion” – an offence that is punished harshly in many parts of the world – and the campaign by certain countries and organizations such as the Organization of Islamic Cooperation to impose an international ban “blasphemy” or “defamation of religion.”
And the report examines the legal and international challenges stemming from the fact that “blasphemy” is defined as crime in the legislation of many countries.
Reporters Without Borders is of the firmly-held view that blasphemy allegations should never be used to restrict free speech or media freedom,which are enshrined in article 19 of the Universal Declaration of Human Rights. READ THE REPORT HERE



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