Por Natalia Labruna
El debate en torno del Islam lleva larga data en Francia: desde la legislación para prohibir el uso de la niqab y la burka hasta el avance electoral del islamófobo Frente Nacional, pasando por el reclutamiento de franceses por parte del Estado Islámico (EI), el grupo yihadista que opera en Irak y Siria.
Pero el ataque contra la revista Charlie Hebdo jugó un papel definitorio en ese debate y esta vez golpeó en todos los planos de la sociedad, donde la división religiosa es cada vez más profunda.
“Esta tragedia es única en la historia francesa”, explicó a BAE Negocios desde Francia, Benoît Hervieu, periodista y coordinador de la Journée Mondiale de la radio en Unesco. “Se trata de un trauma humano, político y cultural. El modelo laico de Francia tiene muchas dificultades y ése es realmente el problema de fondo. Y lo más preocupante es que se puede agudizar”.
Los musulmanes viven tranquilos en Francia pese a la polarización que existe tanto a nivel político como a nivel social.
“Actualmente existe un conflicto dentro de la laicidad en Francia, que no creo que se resuelva en el corto plazo”, señaló Hervieu. “Lamentablemente, creo que esta división va a empeorar.”
De acuerdo con Hervieu, en el terreno político se intenta mostrar una unión sagrada que puede ser muy efímera y terminarse en los próximos días.
El gobierno de François Hollande llamó a la calma para evitar que la división en la sociedad y la fobia por los musulmanes se incremente. Sin embargo, según Hervieu, es difícil que suceda, no tanto por lo que ocurrió este miércoles sino por todo el contexto social y económico que atraviesa Francia.
El gobierno está en una posición muy delicada y las voces de la extrema derecha podrían aprovechar lo acontecido para sus fines electorales en 2017. De hecho, la líder del Frente Nacional (FN), Marine Le Pen, salió ayer a pedir un referendo para instalar en Francia la pena de muerte.
Es que el ataque sumió al país, ya de por sí golpeado, en una profunda crisis. Con una economía estancada, reformas controvertidas y los niveles de popularidad del socialista Hollande en un piso histórico, muchos franceses auguran un año difícil.
El FN acapara el mayor número de votos en el país, con un discurso contrario a la diversidad cultural. Ayer, tras la convocatoria de los partidos de izquierda a una marcha “republicana” para el domingo, la eventual exclusión del partido de Le Pen levantó los primeros roces de la política gala tras el atentado.
“Hay una confusión total respecto del concepto de ‘unión nacional’. Ellos deberán asumir las consecuencias de cara al electorado”, expresó Le Pen.
Dentro del colectivo islámico en Europa, las mujeres de religión musulmana sufren la mayor discriminación. El colectivo contra la islamofobia en Francia asegura que entre un 70% y un 80% de las denuncias que recibe proceden de ciudadanas, en buena medida por el rechazo que genera el velo.
Para Hervieu, “la extrema derecha intentará confundir los términos ‘terrorista’ con ‘musulmán’ y ése es el gran peligro”. Ayer, este temor tuvo sus primeras confirmaciones: al menos tres ataques fueron cometidos contra centros islámicos, el más grave de ellos en Le Mans, en la región de Loira, donde una mezquita recibió el impacto de tres granadas, sin que se hayan registrado heridos
La otra dimensión no menos importante y simbólica que dejó este ataque, es el agravio a la libertad de expresión. “La movilización del miércoles fue un homenaje a las víctimas pero también decir ‘no nos callarán’, afirmó a BAE Negocios desde París Claire San Filippo, directora para las Américas de Reporteros Sin Fronteras. “El Estado tiene un papel clave en la protección de los periodistas. Si bien Charlie estaba custodiado, no fue suficiente”, afirmó. “Hemos tenido que lamentar estos ataques en regiones donde el EI está muy presente como Somalía, Irak, Siria, pero jamás imaginamos que pudiera suceder en el centro de París”.
La otra dimensión no menos importante y simbólica que dejó este ataque, es el agravio a la libertad de expresión. “La movilización del miércoles fue un homenaje a las víctimas pero también decir ‘no nos callarán’, afirmó a BAE Negocios desde París Claire San Filippo, directora para las Américas de Reporteros Sin Fronteras. “El Estado tiene un papel clave en la protección de los periodistas. Si bien Charlie estaba custodiado, no fue suficiente”, afirmó. “Hemos tenido que lamentar estos ataques en regiones donde el EI está muy presente como Somalía, Irak, Siria, pero jamás imaginamos que pudiera suceder en el centro de París”.
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