"Maras" infiltran bandas mexicanas; "exportan" una nueva cultura de la violencia, señala especialista.
Marco Lara Klahr
IIEl Universal
Lunes 01 de marzo de 2004
Si usted teclea xv3gang.com en su explorador de red encontrará una prueba sugerente de hasta dónde líderes centroamericanos de la pandilla Barrio 18 han conseguido infiltrar a grupos juveniles en las ciudades de México, Zacatecas, Zapopan, Monterrey, Nayarit, Ensenada, Rosarito, Tecate, Tijuana, Oaxaca y Tapachula.
Pero, sobre todo, coincidirá con la hondureña Itsmania Pineda, autora de Por qué ingresé a las pandillas (investigación inédita) , en que las pandillas y maras experimentan una intensa fase de expansión global (una está ya en Beirut), que se explica tanto por las leyes antimaras centroamericanas, como porque son estimuladas por las transnacionales del espectáculo y la moda; sirven de parapeto y carne de cañón a los cárteles del tráfico de droga y armas, y les son propicias declaraciones de funcionarios mexicanos que no han entendido que se trata de grupos delictivos exhibicionistas, ávidos de publicidad gratuita.
En este sitio virtual, diez banners en forma de bala, con el 18 grabado sobre el casquillo, llevan a una vasta galería de fotografías, dibujos, poemas, juegos, incitaciones, medios de contacto y links . También se enlista a flikas de Estados Unidos, Canadá, México y Centroamérica. Y, al calce, las ventanas cierran con una proclama: "Saludos a los camaradas de México. Necesitamos flikas para representar el barrio". (El término flikas es utilizado entre pandillas californianas y la comunidad chicana en vez de clicas o pandillas).
La semana anterior circuló en medios de comunicación impresos una supuesta investigación (sin título) atribuida a la Secretaría de Gobernación, que no hacía sino repetir los clisés acerca de las pandillas juveniles Barrio 18 y Salvatrucha , y reforzar la idea de que una cosa son éstas y otra, bien distinta, las bandas mexicanas. Por razones de su profesión, Istmania Pineda, presidenta de Xibalbá (organización no gubernamental hondureña), mantiene comunicación, vía internet, con hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que han emigrado a México para fundar, entre jóvenes mexicanos, diversas clicas al estilo de la 18 y alrededor de 35 del tipo de la mara Salvatrucha (17 en el Distrito Federal y el resto en la frontera norte).
A despecho de los jefes policiacos y otros servidores públicos del Distrito Federal, y como demostrará la especialista hondureña, las pandillas y maras centroamericanas han ido cundiendo no como sucursales, sino como franquicias: no es que México esté siendo invadido por oleadas de jóvenes centroamericanos, sino que le sobran huestes de muchachos marginados proclives a los nuevos patrones para identificarse, comportarse y delinquir, exportados vigorosamente por aquellos.
El primero de los diez banners en forma de bala conduce al listado completo de flikas . Dentro hay otro banner (Map World ) que remite a un mapa de fondo negro y contorno blanco, marcado por puntos amarillos que se antojan granos purulentos por donde la Barrio 18 ha ido extendiéndose como un flagelo hasta infectar aun Beirut. Al respecto, el humor corrosivo de quienes patrocinan el sitio xv3gang.com no tiene igual: "Nada tan dulcificante como un pandillero de la 18 ", machaca, en inglés, una leyenda móvil.
II Itsmania Pineda, bailarina y periodista, preside Xibalbá Arte y Cultura, una organización desde la que ha trabajado con intensidad por la rehabilitación de pandilleros hondureños y denunciado las atrocidades contra niños y jóvenes cometidas por policías y sicarios. En su país, hacer esto equivale a jugarse la vida. La Agencia de Información Frei Tito para América Latina documentó el más reciente atentado en su contra, en octubre de 2001.
Parte de su esfuerzo se ha centrado en estudiar el fenómeno y lo ha hecho de tal modo que quizá nadie en el mundo haya profundizado tanto, razón por la cual informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo citan a Xibalbá entre las organizaciones de la sociedad civil paradigmáticas en cuanto a la reintegración social de mareros . Y es asimismo una de las vías más eficaces para acceder a los intrincados suburbios de Tegucigalpa en busca del testimonio de los propios integrantes muchos de ellos temibles en verdad de la pandilla Barrio 18 y la mara Salvatrucha .
Es ella quien opina, vía telefónica, desde Tegucigalpa: "Desde 2002 empezaron en Honduras medidas represivas para combatir la delincuencia y la criminalidad de las pandillas juveniles. Se puso en práctica la Ley de Convivencia Ciudadana y al año siguiente entró en vigencia la reforma al artículo 332 del Código Procesal Penal (mal llamada después ley antimaras). Por temor a la aplicación de la ley, muchos pandilleros hondureños empezaron a emigrar a Guatemala, El Salvador y México, pues además esa legislación no incluyó una política de prevención y rehabilitación que ayudara a los jóvenes metidos en las pandillas juveniles a reintegrarse a la sociedad".
De ese modo, evalúa, "han buscado ubicarse en otros países y con ello están exportando una nueva cultura de la violencia. No es en sí que estén exportando pandillas; eso debe aclararse, puesto que las pandillas juveniles son propias de cada país. En México, por ejemplo, tenemos conocimiento de la presencia de bandas desde 1987, que es cuando se habla de chavos-banda , chaqueteros , hiphoperos , rastecas , jipitecas , concheros , grafiteros , broqueros y tigers , en algunas ciudades. Lo que se exporta son los patrones de conducta y, en ciertos casos, los liderazgos".
De hecho, México impuso en parte un modelo que fue absorbido por los pandilleros centroamericanos, quienes hoy se lo reviran bajo un nuevo tamiz: "En 1997, por ejemplo, aquí en Honduras se proyectó la película sobre Los Batos Locos titulada Sangre por sangre . Trataba de la vida en el sur de Estados Unidos, con los deportados, los pachucos y los chicanos, y fue tomada por los jóvenes hondureños como patrón".
Ella lo pone en perspectiva: "A nivel de las pandillas juveniles, se marca una diferencia tajante entre northside y southside . Los primeros son los que siguen el modelo del norte (o sea, de México y Estados Unidos). Los segundos, el impuesto por centroamericanos. O sea, quienes formaron el corazón de la Barrio 18 , en Los Ángeles (California) fueron pandilleros del sur y el norte de Estados Unidos y de México, en tanto que en Honduras y El Salvador, según ellos, está el corazón de la mara Salvatrucha ".
Y ahora, "hemos hecho un mapeo y en México, por ejemplo, tenemos ubicadas bastantes clicas de la Barrio 18 en el Distrito Federal, Ensenada, Monterrey, Rosarito, Zapopan, Oaxaca, Tijuana y Tapachula. De la Salvatrucha tenemos 17 clicas sólo en la ciudad de México y 18 en la zona norte, en Nuevo Laredo, Tijuana y otras ciudades fronterizas. En noviembre del año pasado recibí un reporte de jóvenes asentados en Chiapas; me decían que como no había oportunidades y andaban indocumentados, se metieron a delinquir".
¿Es un fenómeno de la pobreza?
Ese es otro error. No debe criminalizarse a la pobreza. Las pandillas juveniles no necesariamente son propias de la pobreza, aunque quizá lo sean en el caso de las zonas fronterizas. Las pandillas juveniles son, ante todo, resultado de la injusticia social y la impunidad, porque funcionan como estructura del crimen organizado internacional. El crimen organizado está utilizando a los jóvenes, organizándolos en grupos, células y clicas en diferentes países, para comercializar droga y armas.
En Centroamérica, ¿no son los pobres los más proclives a integrarse a maras ?
Por lo menos en Honduras, El Salvador y Guatemala, eso es falso; la mayoría de líderes es de clase media y alta. No tengo una cifra exacta, pero más de 50 por ciento de los jóvenes que lideran pandillas es de clase media. Es verdad, los pobres son parte de la pandilla, pero carecen de liderazgo, debido a que los de clase media tienen mayor acceso a la compra de armas, cocaína, crack y éxtasis , y a los cabecillas del crimen organizado.
En México algunos políticos hablan de una invasión de centroamericanos.
Como dije, han emigrado centroamericanos, pero las pandillas las conforman los mexicanos. La mayoría de los grupos juveniles ya existía, lo que ocurre es que están adquiriendo nuevos patrones.
La parafernalia.
Pero, además, no es sólo la influencia personal que ejercen centroamericanos infiltrados en las pandillas mexicanas, sino la que están teniendo los medios de comunicación y en particular el sensacionalismo de la prensa. Ésta ha resaltado que los países centroamericanos tienen altos índices de criminalidad y magnificado los delitos cometidos por pandilleros, lo cual provoca dentro de las pandillas un liderazgo especial; por ejemplo, los jóvenes de Estados Unidos sienten admiración cuando los de Centroamérica ejercen mayores niveles de violencia, porque lo consideran parte del código de honor. Cuando un joven hondureño aparece como líder aun sin serlo, al llegar a otro país e involucrase con pandilleros es visto con respeto.
¿Cómo es que traspasa su fama las fronteras?
Existe una red. Los jóvenes se comunican vía internet; hay foros a través de los cuales interactúan entre sí los de la mara Salvatrucha y los de la pandilla Barrio 18 . Es así como una banda que antes tenía un nombre característico de su zona, cuando le llega la cultura de aquellas, se transforma y cambia de nombre, poniéndose Barrio 18 o Salvatrucha .
No funcionan, pues, como sucursales, sino como franquicias.
Ya ponía el ejemplo de la película Sangre por sangre , que presenta casualmente un patrón mexicano, el de Los Batos Locos . Desde entonces en Honduras se impuso esa moda, aunque desde 1959 ya teníamos pandillas. Ahora una película que está influyendo es La ciudad de Dios , de Brasil. Este tipo de películas cambia los patrones operativos de las pandillas y les enseña nuevas estrategias. Por eso no es correcto que los medios se refieran a los jóvenes como pandillas o maras ; eso les levanta la autoestima y los induce a delinquir para ganar puntos; entre ellos, quien comete más delitos adquiere mayor rango, lo mismo que el que va a la cárcel o aparece con mayor frecuencia en los medios. Es mejor usar los términos delincuencia y criminalidad.
¿Pandilla equivale necesariamente a grupo delictivo?
Nosotros manejamos un concepto de pandilla: una asociación de dos, tres o más personas que de manera formal o informal tienen como actividad principal la de cometer actos delictivos, los cuales bien pueden ser cometidos en forma individual o colectiva. Claro que no todas las pandillas nacen con el fin de delinquir, pues los niños ingresan a las pandillas juveniles desde los ocho años, y la mayoría se integra atraída por la moda y los problemas familiares. Pero 90 por ciento de los muchachos ingresan porque tienen problemas con las drogas y eso es lo que los lleva a formar parte de las pandillas.
III Confinados en la sociedad de consumo, los jóvenes centroamericanos, según Itsmania Pineda, viven a dos fuegos: el de las transnacionales del espectáculo y el del crimen: "Para 2000, en Honduras podían contarse 447 clicas . Esto obedece a la influencia del cine, la televisión y otros medios de comunicación y fue la vía por la que se dividieron los jóvenes en dos bandos: cholos y roqueros , y fueron los primeros quienes luego tuvieron que optar entre ser parte de la Salvatrucha o a la Barrio 18 , porque en las películas les decían que no estaban haciendo bien las cosas y debían decidir".
Entre 1999 y 2004 se consumó esa división, alentada también por los gigantes de la confección: "En Estados Unidos hay dos grandes marcas que compran los pandilleros, la Guess y la Boss, y otra que hace ropa para el pachuco o el chicano, la Mhijos. En Estados Unidos es muy común ver piezas hechas para la 18 o para la Salvatrucha . Camisas, pantalones anchos, camisetas deportivas anchas, gorras torcidas. Y está, simultáneamente, la entrada de grupos musicales, como Control Machete y, antes, Eminem. Todo esto cala en la mente de nuestros jóvenes, mostrándoles estilos y comportamientos nuevos. Pero, ¿qué pasa al mismo tiempo? Van abriéndose espacios que hacen posible reclutar a nuestros niños y jóvenes en la comercialización de droga y armas. El crimen organizado es un coloso financiero, sin fronteras, que no respeta leyes y cuya principal arma es internet. Conforme se generaliza el acceso a la internet, ocupa todos los ámbitos y los jóvenes empiezan a tener lo mismo conversaciones que a participar en transacciones ilegales".
¿Qué implicaciones tiene el que en México esté sugiriéndose que hay una invasión de delincuentes juveniles centroamericanos?
Dar notoriedad y ensalzar a las pandillas trae graves consecuencias, porque, como he dicho, estimula y fortalece los liderazgos. También debe hacerse notar que los centroamericanos no somos delincuentes ni pandilleros, sino que hay gran necesidad de que la comunidad internacional invierta en nuestros países. Cada país debe responsabilizarse de sus niños y jóvenes; creándoles espacios, perfectamente puede hacérseles abandonar las pandillas; Xibalbá ha comprobado que pueden rehabilitarse incluso cuando han caído en los centros penitenciarios. Creo que México necesita con urgencia empezar a capacitar gente para afrontar de una manera objetiva el problema.
IV No hay buscador o portal en la red donde no estén interactuando de alguna manera pandilleros: buscar la expresión flikas da interesantes resultados, no sólo por la cantidad de comunicaciones en clave que aparecen, sino por los tonos y motivos de los mensajes. Cuatro muestras, extraídas de un foro de la holandesa zombra.ni : 1. Primero que todo soy de la Mara Salvatrucha 13hls por siempre y lo unico que quiero decir es que lo siento por todos esos salvadoreños que rifan clicas mexicanas 18 en lugar de estar rifando su propia raza.
Oscarsayco oscarsayco@aol.com
El Salvador 2. Quisiera q alguien me mande fotos de la mara salvatrucha y sus componentes.
Gabriel Rosso gabito4@hotmail.com
3. Fuck all all chuntaros from Mexico!!!!!Todo sobre El Salvador!!!Yo estoy en la mara salvatrucha por 13 and what nigga!!Your going to get you ass killed!!!!!!You better whatch you back bitch!!!!Fucken trick!! Diana babytaz08@hotmail.com
Houston, Texas, US 4. Fuck marasalvatrucha 13? bola de perros? xv111 MOB US
Pero, sobre todo, coincidirá con la hondureña Itsmania Pineda, autora de Por qué ingresé a las pandillas (investigación inédita) , en que las pandillas y maras experimentan una intensa fase de expansión global (una está ya en Beirut), que se explica tanto por las leyes antimaras centroamericanas, como porque son estimuladas por las transnacionales del espectáculo y la moda; sirven de parapeto y carne de cañón a los cárteles del tráfico de droga y armas, y les son propicias declaraciones de funcionarios mexicanos que no han entendido que se trata de grupos delictivos exhibicionistas, ávidos de publicidad gratuita.
En este sitio virtual, diez banners en forma de bala, con el 18 grabado sobre el casquillo, llevan a una vasta galería de fotografías, dibujos, poemas, juegos, incitaciones, medios de contacto y links . También se enlista a flikas de Estados Unidos, Canadá, México y Centroamérica. Y, al calce, las ventanas cierran con una proclama: "Saludos a los camaradas de México. Necesitamos flikas para representar el barrio". (El término flikas es utilizado entre pandillas californianas y la comunidad chicana en vez de clicas o pandillas).
La semana anterior circuló en medios de comunicación impresos una supuesta investigación (sin título) atribuida a la Secretaría de Gobernación, que no hacía sino repetir los clisés acerca de las pandillas juveniles Barrio 18 y Salvatrucha , y reforzar la idea de que una cosa son éstas y otra, bien distinta, las bandas mexicanas. Por razones de su profesión, Istmania Pineda, presidenta de Xibalbá (organización no gubernamental hondureña), mantiene comunicación, vía internet, con hondureños, guatemaltecos y salvadoreños que han emigrado a México para fundar, entre jóvenes mexicanos, diversas clicas al estilo de la 18 y alrededor de 35 del tipo de la mara Salvatrucha (17 en el Distrito Federal y el resto en la frontera norte).
A despecho de los jefes policiacos y otros servidores públicos del Distrito Federal, y como demostrará la especialista hondureña, las pandillas y maras centroamericanas han ido cundiendo no como sucursales, sino como franquicias: no es que México esté siendo invadido por oleadas de jóvenes centroamericanos, sino que le sobran huestes de muchachos marginados proclives a los nuevos patrones para identificarse, comportarse y delinquir, exportados vigorosamente por aquellos.
El primero de los diez banners en forma de bala conduce al listado completo de flikas . Dentro hay otro banner (Map World ) que remite a un mapa de fondo negro y contorno blanco, marcado por puntos amarillos que se antojan granos purulentos por donde la Barrio 18 ha ido extendiéndose como un flagelo hasta infectar aun Beirut. Al respecto, el humor corrosivo de quienes patrocinan el sitio xv3gang.com no tiene igual: "Nada tan dulcificante como un pandillero de la 18 ", machaca, en inglés, una leyenda móvil.
II Itsmania Pineda, bailarina y periodista, preside Xibalbá Arte y Cultura, una organización desde la que ha trabajado con intensidad por la rehabilitación de pandilleros hondureños y denunciado las atrocidades contra niños y jóvenes cometidas por policías y sicarios. En su país, hacer esto equivale a jugarse la vida. La Agencia de Información Frei Tito para América Latina documentó el más reciente atentado en su contra, en octubre de 2001.
Parte de su esfuerzo se ha centrado en estudiar el fenómeno y lo ha hecho de tal modo que quizá nadie en el mundo haya profundizado tanto, razón por la cual informes del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo citan a Xibalbá entre las organizaciones de la sociedad civil paradigmáticas en cuanto a la reintegración social de mareros . Y es asimismo una de las vías más eficaces para acceder a los intrincados suburbios de Tegucigalpa en busca del testimonio de los propios integrantes muchos de ellos temibles en verdad de la pandilla Barrio 18 y la mara Salvatrucha .
Es ella quien opina, vía telefónica, desde Tegucigalpa: "Desde 2002 empezaron en Honduras medidas represivas para combatir la delincuencia y la criminalidad de las pandillas juveniles. Se puso en práctica la Ley de Convivencia Ciudadana y al año siguiente entró en vigencia la reforma al artículo 332 del Código Procesal Penal (mal llamada después ley antimaras). Por temor a la aplicación de la ley, muchos pandilleros hondureños empezaron a emigrar a Guatemala, El Salvador y México, pues además esa legislación no incluyó una política de prevención y rehabilitación que ayudara a los jóvenes metidos en las pandillas juveniles a reintegrarse a la sociedad".
De ese modo, evalúa, "han buscado ubicarse en otros países y con ello están exportando una nueva cultura de la violencia. No es en sí que estén exportando pandillas; eso debe aclararse, puesto que las pandillas juveniles son propias de cada país. En México, por ejemplo, tenemos conocimiento de la presencia de bandas desde 1987, que es cuando se habla de chavos-banda , chaqueteros , hiphoperos , rastecas , jipitecas , concheros , grafiteros , broqueros y tigers , en algunas ciudades. Lo que se exporta son los patrones de conducta y, en ciertos casos, los liderazgos".
De hecho, México impuso en parte un modelo que fue absorbido por los pandilleros centroamericanos, quienes hoy se lo reviran bajo un nuevo tamiz: "En 1997, por ejemplo, aquí en Honduras se proyectó la película sobre Los Batos Locos titulada Sangre por sangre . Trataba de la vida en el sur de Estados Unidos, con los deportados, los pachucos y los chicanos, y fue tomada por los jóvenes hondureños como patrón".
Ella lo pone en perspectiva: "A nivel de las pandillas juveniles, se marca una diferencia tajante entre northside y southside . Los primeros son los que siguen el modelo del norte (o sea, de México y Estados Unidos). Los segundos, el impuesto por centroamericanos. O sea, quienes formaron el corazón de la Barrio 18 , en Los Ángeles (California) fueron pandilleros del sur y el norte de Estados Unidos y de México, en tanto que en Honduras y El Salvador, según ellos, está el corazón de la mara Salvatrucha ".
Y ahora, "hemos hecho un mapeo y en México, por ejemplo, tenemos ubicadas bastantes clicas de la Barrio 18 en el Distrito Federal, Ensenada, Monterrey, Rosarito, Zapopan, Oaxaca, Tijuana y Tapachula. De la Salvatrucha tenemos 17 clicas sólo en la ciudad de México y 18 en la zona norte, en Nuevo Laredo, Tijuana y otras ciudades fronterizas. En noviembre del año pasado recibí un reporte de jóvenes asentados en Chiapas; me decían que como no había oportunidades y andaban indocumentados, se metieron a delinquir".
¿Es un fenómeno de la pobreza?
Ese es otro error. No debe criminalizarse a la pobreza. Las pandillas juveniles no necesariamente son propias de la pobreza, aunque quizá lo sean en el caso de las zonas fronterizas. Las pandillas juveniles son, ante todo, resultado de la injusticia social y la impunidad, porque funcionan como estructura del crimen organizado internacional. El crimen organizado está utilizando a los jóvenes, organizándolos en grupos, células y clicas en diferentes países, para comercializar droga y armas.
En Centroamérica, ¿no son los pobres los más proclives a integrarse a maras ?
Por lo menos en Honduras, El Salvador y Guatemala, eso es falso; la mayoría de líderes es de clase media y alta. No tengo una cifra exacta, pero más de 50 por ciento de los jóvenes que lideran pandillas es de clase media. Es verdad, los pobres son parte de la pandilla, pero carecen de liderazgo, debido a que los de clase media tienen mayor acceso a la compra de armas, cocaína, crack y éxtasis , y a los cabecillas del crimen organizado.
En México algunos políticos hablan de una invasión de centroamericanos.
Como dije, han emigrado centroamericanos, pero las pandillas las conforman los mexicanos. La mayoría de los grupos juveniles ya existía, lo que ocurre es que están adquiriendo nuevos patrones.
La parafernalia.
Pero, además, no es sólo la influencia personal que ejercen centroamericanos infiltrados en las pandillas mexicanas, sino la que están teniendo los medios de comunicación y en particular el sensacionalismo de la prensa. Ésta ha resaltado que los países centroamericanos tienen altos índices de criminalidad y magnificado los delitos cometidos por pandilleros, lo cual provoca dentro de las pandillas un liderazgo especial; por ejemplo, los jóvenes de Estados Unidos sienten admiración cuando los de Centroamérica ejercen mayores niveles de violencia, porque lo consideran parte del código de honor. Cuando un joven hondureño aparece como líder aun sin serlo, al llegar a otro país e involucrase con pandilleros es visto con respeto.
¿Cómo es que traspasa su fama las fronteras?
Existe una red. Los jóvenes se comunican vía internet; hay foros a través de los cuales interactúan entre sí los de la mara Salvatrucha y los de la pandilla Barrio 18 . Es así como una banda que antes tenía un nombre característico de su zona, cuando le llega la cultura de aquellas, se transforma y cambia de nombre, poniéndose Barrio 18 o Salvatrucha .
No funcionan, pues, como sucursales, sino como franquicias.
Ya ponía el ejemplo de la película Sangre por sangre , que presenta casualmente un patrón mexicano, el de Los Batos Locos . Desde entonces en Honduras se impuso esa moda, aunque desde 1959 ya teníamos pandillas. Ahora una película que está influyendo es La ciudad de Dios , de Brasil. Este tipo de películas cambia los patrones operativos de las pandillas y les enseña nuevas estrategias. Por eso no es correcto que los medios se refieran a los jóvenes como pandillas o maras ; eso les levanta la autoestima y los induce a delinquir para ganar puntos; entre ellos, quien comete más delitos adquiere mayor rango, lo mismo que el que va a la cárcel o aparece con mayor frecuencia en los medios. Es mejor usar los términos delincuencia y criminalidad.
¿Pandilla equivale necesariamente a grupo delictivo?
Nosotros manejamos un concepto de pandilla: una asociación de dos, tres o más personas que de manera formal o informal tienen como actividad principal la de cometer actos delictivos, los cuales bien pueden ser cometidos en forma individual o colectiva. Claro que no todas las pandillas nacen con el fin de delinquir, pues los niños ingresan a las pandillas juveniles desde los ocho años, y la mayoría se integra atraída por la moda y los problemas familiares. Pero 90 por ciento de los muchachos ingresan porque tienen problemas con las drogas y eso es lo que los lleva a formar parte de las pandillas.
III Confinados en la sociedad de consumo, los jóvenes centroamericanos, según Itsmania Pineda, viven a dos fuegos: el de las transnacionales del espectáculo y el del crimen: "Para 2000, en Honduras podían contarse 447 clicas . Esto obedece a la influencia del cine, la televisión y otros medios de comunicación y fue la vía por la que se dividieron los jóvenes en dos bandos: cholos y roqueros , y fueron los primeros quienes luego tuvieron que optar entre ser parte de la Salvatrucha o a la Barrio 18 , porque en las películas les decían que no estaban haciendo bien las cosas y debían decidir".
Entre 1999 y 2004 se consumó esa división, alentada también por los gigantes de la confección: "En Estados Unidos hay dos grandes marcas que compran los pandilleros, la Guess y la Boss, y otra que hace ropa para el pachuco o el chicano, la Mhijos. En Estados Unidos es muy común ver piezas hechas para la 18 o para la Salvatrucha . Camisas, pantalones anchos, camisetas deportivas anchas, gorras torcidas. Y está, simultáneamente, la entrada de grupos musicales, como Control Machete y, antes, Eminem. Todo esto cala en la mente de nuestros jóvenes, mostrándoles estilos y comportamientos nuevos. Pero, ¿qué pasa al mismo tiempo? Van abriéndose espacios que hacen posible reclutar a nuestros niños y jóvenes en la comercialización de droga y armas. El crimen organizado es un coloso financiero, sin fronteras, que no respeta leyes y cuya principal arma es internet. Conforme se generaliza el acceso a la internet, ocupa todos los ámbitos y los jóvenes empiezan a tener lo mismo conversaciones que a participar en transacciones ilegales".
¿Qué implicaciones tiene el que en México esté sugiriéndose que hay una invasión de delincuentes juveniles centroamericanos?
Dar notoriedad y ensalzar a las pandillas trae graves consecuencias, porque, como he dicho, estimula y fortalece los liderazgos. También debe hacerse notar que los centroamericanos no somos delincuentes ni pandilleros, sino que hay gran necesidad de que la comunidad internacional invierta en nuestros países. Cada país debe responsabilizarse de sus niños y jóvenes; creándoles espacios, perfectamente puede hacérseles abandonar las pandillas; Xibalbá ha comprobado que pueden rehabilitarse incluso cuando han caído en los centros penitenciarios. Creo que México necesita con urgencia empezar a capacitar gente para afrontar de una manera objetiva el problema.
IV No hay buscador o portal en la red donde no estén interactuando de alguna manera pandilleros: buscar la expresión flikas da interesantes resultados, no sólo por la cantidad de comunicaciones en clave que aparecen, sino por los tonos y motivos de los mensajes. Cuatro muestras, extraídas de un foro de la holandesa zombra.ni : 1. Primero que todo soy de la Mara Salvatrucha 13hls por siempre y lo unico que quiero decir es que lo siento por todos esos salvadoreños que rifan clicas mexicanas 18 en lugar de estar rifando su propia raza.
Oscarsayco oscarsayco@aol.com
El Salvador 2. Quisiera q alguien me mande fotos de la mara salvatrucha y sus componentes.
Gabriel Rosso gabito4@hotmail.com
3. Fuck all all chuntaros from Mexico!!!!!Todo sobre El Salvador!!!Yo estoy en la mara salvatrucha por 13 and what nigga!!Your going to get you ass killed!!!!!!You better whatch you back bitch!!!!Fucken trick!! Diana babytaz08@hotmail.com
Houston, Texas, US 4. Fuck marasalvatrucha 13? bola de perros? xv111 MOB US
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