CORRUPCION VERSUS CANCER
Itsmania platero
“Un sudor helado corre por el rostro del médico, un cruce de miradas, un abrir y cerrar de ojos, respiraciones aceleradas y confusas que interrumpen el silencio, un evento catastrófico está por venir, es el impacto de saber que tengo cáncer de mama; por un momento la fe me falla, mis sentidos colapsan, nuestra familia se deteriora, nuestros vínculos de amistad se debilitan, experimento la soledad más profunda, un llanto desgarrador y el vacío más certero. Estoy enfrentando la muerte de un golpe que me consume.”
Honduras tiene una población femenina de 4,167,374 según la Dirección de Investigación y estadísticas de Honduras de las cuales la Población económicamente activa (PEA) es el 36%.
La mitad de las mujeres que son identificadas con cáncer de mama no reciben un diagnóstico oportuno lo que aumenta el riesgo de muerte, Cifras del Hospital Enma Romero de Callejas revelan que más de 600 mujeres cada año son diagnosticadas con cáncer de mama, 850 casos según la Fundación para el cáncer de mama, con un crecimiento anual de 250 casos por año, solo en el 2016 hasta la fecha 156 mujeres viven una pesadilla. Este crecimiento tiene su justificación, según las víctimas, en la falta de atención médica oportuna, la carencia de médicos en hospitales públicos de Honduras, que los remiten a especialistas privados cuyos servicios profesionales y medicamentos son inalcanzables para una mujer sin recursos.
En Honduras, solo Tegucigalpa tiene atención para pacientes víctimas de cáncer de mama, una cita para el diagnóstico tarda más de 3 meses en el hospital Estatal “Escuela Universitario” y al menos 4 meses para ser intervenida quirúrgicamente y empezar un tratamiento, la enfermedad corre contra el tiempo, la primera radiación acelera el proceso y después de 21 días será devastador. A esto hay que sumar que las campañas de prevención no son funcionales pues no van dirigidas a obligar al Estado de Honduras a dar protección y asistencia a la mujer y facilitar en el territorio nacional la atención médica necesaria y oportuna, mejorar la crisis hospitalaria que crece al ritmo del cáncer.
Todas sabemos que hay situaciones difíciles en la vida por enfrentar y el cáncer no es la excepción pero la sociedad aprendió y se acostumbró a la burocracia estatal y a la corrupción que magnifican la enfermedad, haciendo que la lucha por la vida sea inalcanzable. La sensación de impotencia le da al mal diferentes formas que al final se resume en más víctimas.
La ALERTA del cáncer no se puede minimizar o ponerla en un orden o en un lugar, debemos de ganar la batalla actuando de inmediato, aprendiendo que la vida y su lucha es hoy, es diaria y continua. A pesar que la información es limitada, el consuelo de amigos, el apoyo familiar y la buena alimentación son fundamentales, en cuestión de momentos te das cuenta que hay que actuar rápido, es asunto de milagros y aprendemos que la fe adquiere sentido en cosas reales. El cáncer de mama es una batalla que entre todos se puede vencer.
“A mi amiga Mireya Carolina Cabrera incansable guerrera contra el cáncer de mama”
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