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Reporteros sin Fronteras
Continúan registrándose agresiones a periodistas en las manifestaciones para reclamar justicia por los 43 estudiantes desaparecidos en México. Reporteros sin Fronteras tuvo conocimiento de que al menos otros 14 periodistas fueron heridos en una manifestación realizada el 20 de noviembre de 2014 en la ciudad de México. A esta cifra se suma la de siete profesionales de la informaciónheridos la semana pasada. Algunos periodistas fueron agredidos de forma directa; otros, fueron víctimas colaterales. La violencia proviene tanto de las fuerzas del orden como de manifestantes encapuchados. Reporteros sin Fronteras presenta los testimonios de tres víctimas.
Eduardo Verdugo, fotógrafo de la agencia Associated Press
“Me encontraba esperando enviar unas fotos al final de la marcha, entonces vi a unos chavos que llegaron, se sentaron frente al Palacio [de Gobierno], la policía los levantó, los seguí por la calle y al llegar a una valla metálica, un civil del Estado Mayor me empujó hacia adentro y elementos de la policía federal, a quienes identifiqué por su uniforme, me metieron a la valla y me exigieron las cámaras. Me identifico como prensa y acreditado por presidencia y aún así me tiran al suelo, uno de ellos tira del casco hasta empezar a ahorcarme, le digo que no puedo respirar, sin que me suelte, pero alcanzo a forzar el seguro del casco, se abre y suelto las cámaras; me ordenan: ‘arrodíllese’, y se llevan las cámaras. En eso se acerca otro oficial de la policía federal con quien me identifico con mi credencial y le digo que me quitaron mi equipo, señalando a quienes se lo habían llevado, sin hacerme caso, se van dejándome solo en el lugar”. El fotógrafo tiene hematomas en el cuerpo y una laceración en el cuello.
Eduardo Miranda, fotógrafo de la revista Proceso
Eduardo Miranda cuenta que tomaba fotos del Zócalo al terminar la marcha, “cuando vi que las cosas subían de tono. Nos separaban unas vallas metálicas que pronto desaparecieron, los objetos que lanzaban algunos manifestantes eran devueltos por los policías a la multitud. Empecé a tomar imágenes y vi que un policía federal aventó un objeto de metal grande que venía en el aire, me hice de lado, pero me alcanzó a dar en la pierna derecha y empecé a sangrar, dejé de hacer fotos y busqué alejarme del lugar”. Una colega fotógrafa lo llevó al servicio médico donde le indicaron que era necesaria una intervención quirúrgica.
María Idalia Gómez, coordinadora de asuntos especiales del portal Eje Central
“En la inmediaciones de Palacio Nacional tomaba imágenes con mi celular cuando un grupo encapuchados vestidos de civil arremetió contra mí, salí volando”. Al caer quiso proteger su equipo y fue cuando sufrió una fractura en la muñeca izquierda. “Estoy segura de que la agresión fue directa porque se dieron cuenta de que tomaba imágenes en el momento en que iniciaba el enfrentamiento entre elementos federales y capitalinos y los manifestantes”.
Estos testimonios ilustran la trivialización de la violencia que enfrentan los profesionales de los medios de comunicación cuando cubren manifestaciones. Reporteros sin Fronteras condena firmemente estos ataques y exhorta a las autoridades mexicanas a investigarlos a fondo, incluyendo los abusos cometidos por las fuerzas del orden. El Estado mexicano debe garantizar la seguridad de los periodistas, que desempeñan un trabajo de interés general esencial.
México se encuentra en el lugar 152, entre 180 países, en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa de Reporteros sin Fronteras.
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Mexico
Another 14 journalists injured in protests over 43 missing students
Journalists continue to be attacked during protests about the disappearance of 43 trainee teachers in the southwestern state of Guerrero. Reporters Without Borders is aware of 14 being injured in a protest in Mexico City on 20 November, in addition to the seven injured in Guerrero’s capital, Chilpancingo, on 11 November.
Some journalists were directly targeted while others were collateral victims. Both police and demonstrators were responsible for the violence against journalists. The accounts of three of the victims follows.
Eduardo Verdugo, a photographer with the Associated Press
“I was getting ready to send some photos at the end of the demonstration when I saw the police arrest a group of youths sitting in front of the [national] palace. I followed them (...) but a civilian staff officer pushed me and federal police officers, who I recognized by their uniforms, asked me for my cameras. Although I identified myself as a properly accredited journalist, they threw me to the ground. One of them nearly strangled me and I told him I could hardly breathe. I finally let go of my cameras. After ordering me to kneel, they left with my cameras. I reported this to another federal police officer, pointing out those responsible, but he ignored me.”
Bruises and lacerations are still visible on Verdugo’s neck.
Eduardo Miranda, a photographer with the magazine Proceso
Miranda said he was taking photos on Zócalo Square at the end of the demonstration when he realized the situation was degenerating. The metal barriers restraining the protesters were overturned and the police began throwing back the objects that the demonstrators were throwing. As Miranda began to take photos, he saw a federal police officer throw an object at him. It hit his right leg, which began to bleed (...) A colleague took him to a medical centre where he was told he would need surgery.
María Idalia Gómez, coordinator of the Eje Central website
“I was taking photos of the demonstration with my mobile phone near the national palace when a group of masked people in civilian dress attacked me and threw me to the ground. I tried to protect my equipment as I fell and ended up breaking by left wrist. I’m sure I was deliberately targeted because I’d been seen taking photos of the clashes between the police and demonstrators.”
Thes
e accounts show how violence has become routine for journalists covering demonstrations. Reporters Without Borders firmly condemns these attacks and urges the authorities to investigate them thoroughly, including those for which the police themselves were responsible. The Mexican state must guarantee the safety of journalists, who are performing a key function in the general interest.
Mexico is ranked 152nd out of 180 countries in the 2014 Reporters Without Borders
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