CEMENTERIOS DE HOMBRES VIVOS
ITSMANIA PINEDA PLATERO
Un promedio de 1200 policías penitenciarios de Honduras resguardan 24
centros de reclusión en Honduras. Concentrados por prioridad en San
Pedro Sula y Tegucigalpa, la carga
penitenciaria a obligado a las autoridades a poner a distribuir la
custodia de los reos con un resguardo de 1 policía por cada 20 privados
de libertad, sobrepasando los estándares de seguridad que determinan
que el reguardo debe ser de 1 policía por 4 reclusos. Tanto los
Privados de libertad como las autoridades reflejan un gran preocupación
en virtud de que el Congreso nacional de la República de Honduras
elimino las medidas sustitutivas y según Estadísticas de la Corte
Suprema de Justicia en menos de tres años la población penitenciaria
aumentara a 100 por ciento. El aumento a la canasta básica es uno de los
factores que al parecer no es un tema importante para las
organizaciones del Estado de Honduras y de organismos humanitarios
garantes de vigilar el respeto a los derechos humanos de los y las
privados de libertad, pero esta inflación impacto enormemente a la
población recluida, pues para el estado de Honduras alimentar un reo al
día cuesta de 7 a 6 lempiras es decir un poquito más de 0.25 centavos
de dólar. A esto se suma el agravante de las presiones internacionales
que exigen al gobierno la reducción de la impunidad, además de ejecutar
las 12 mil ordenes de captura pendientes. Solo el presido de támara en
Tegucigalpa cuenta con una población penitenciaria de casi 4.000
privados de libertad cuya responsabilidad recae en unos 200 policías que
viven sobrecargados y casi olvidados como si fueran reos comento uno de
los policías. A esto debemos sumarle que el Estado de Honduras a
recortado el presupuesto de 13 lempiras diarios a 7 convirtiendo los
centros de privación de libertad en cementerios de hombres vivos y
olvidados.
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