21 Aug 2006 12:26 pm
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Por: Robert Marin
El acuerdo a que llegaron los representantes de una empresa de seguridad privada con un trabajador que habían despedido, vino a demostrar nuevamente que corregir los errores siempre será de sabios, y quienes lo hacen son llamados entendidos y justos.Tegucigalpa . No hay duda que la corrección de los errores es un paso más en el camino hacia la justicia. Esto quedó demostrado en el caso del guardia Catalino Martínez y la empresa de seguridad privada Mega Control donde el diálogo y el reconocimiento de las equivocaciones evitó confrontaciones innecesarias.Después de varias audiencias de conciliación, ante las autoridades del Ministerio del Trabajo, los representantes de Mega Control reconocieron sus errores al despedir al guardia y al mismo tiempo acusarlo ante la Dirección General de Investigación Criminal (DGIC) de robo.Después de trabajar dos años con la empresa, el 10 de junio del 2006, el jefe de operaciones de la empresa, Mauricio Zúñiga, despidió a Martínez, a través de un radio de comunicación, cuando éste turnaba en el Centro Comercial Miraflores.“Le pregunté sobre el arma, y él me contestó, ese es tu problema, yo ya no te quiero ver ahí, preséntate mañana a la oficina me dijo”, relató el guardia.Ante tal situación, el guardia reconoce que se llevó el arma y el uniforme para su casa, pero dejó tirado un radio de comunicación. Después de reconocer su error, el aceptó que se lo dedujeran de sus prestaciones.Ante la amenaza de ser capturado por la policía, el gendarme, buscó apoyo en las organizaciones de derechos humanos Xibalbá quien acudió a la DGIC, para dejar en depósito el arma y los uniformes, que Martínez no había logrado entregar al patrón.Posteriormente la defensa, tanto en materia laboral como penal, la asumió la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) a través del abogado Dionisio Díaz García, quien después de varias reuniones de conciliación con los representantes de la empresa llegó a un acuerdo favorable a ambas partes.En el acta de conciliación el gerente administrativo de Mega Control Camilo Salomón Sevilla Medrano se comprometió a pagarle al trabajador las prestaciones que ascendieron a 10 mil lempiras (unos 500 dólares) y a retirar la denuncia número 2769 que había interpuesto en la DGIC contra el trabajador.El trabajador por su parte asumió con responsabilidad la pérdida del radio de comunicación y estuvo de acuerdo en pagar la cantidad de tres mil lempiras, que le fueron deducidos del pago de prestaciones.El caso se cerró el 16 de agosto de este año, luego que las partes firmaran el acta de conciliación e inmediatamente la empresa le extendiera el cheque de pago de prestaciones laborales a Martínez.En este suceso laboral el dialogo triunfó sobre la injusticia, contrario a otros hechos similares registrados en otras empresas de seguridad, las cuales al final han sido obligadas- por los tribunales de justicia- a corregir sus errores y a cumplir con sus responsabilidades laborales.
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